jueves, 29 de agosto de 2019

DOÑA JIMENA



Tal día como hoy 29 de agosto, pero de 1113 ó 1116, falleció Doña Jimena.


Dicen que detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer, y no me cabe duda que Jimena debió de serlo. 

Esta señora fue hija del conde Diego Fernández y de una dama de apellido Fernández, probablemente llamada Cristina. Otros dicen que Doña Jimena fue sobrina del emperador Alfonso VI de León.

Ramón Menéndez Pidal sugería que la madre de Jimena Díaz era de sangre real y que quizás la esposa de Fernando Gundemáriz, quien sería el abuelo materno de Jimena Díaz, fuera Jimena Alfonso, hija del rey Alfonso V de León. Jimena Díaz (1046 - 1116 ) fue la esposa de Rodrigo Díaz el Campeador, con quien contrajo matrimonio entre julio de 1074 y el 12 de mayo de 1076, como política de acercamiento entre los nobles de Alfonso VI. A la muerte del Cid, señora de Valencia entre 1099 y 1102.

Sofia Loren interpretó en 1961 el papel de Doña Jimena en la pelicula "El Cid"

Tras casarse con Rodrigo Díaz, en la iglesia de San Miguel de Palencia, acompañó a su marido, aunque no se ha podido determinar si residió con él en la taifa de Zaragoza durante el primer destierro del Campeador como caudillo del ejército del reino andalusí al servicio de Al-Muqtadir, Al-Mu'taman y Al-Musta'in II.

Sus hijos fueron: 

- Cristina, casó con Ramiro Sánchez, señor de Monzón, hijo del infante Sancho Garcés y de Constanza, y nieto del rey García Sánchez III de Pamplona, siendo padres de, entre otros, el rey García Ramírez de Pamplona el Restaurador. 
- Diego, muerto en la batalla de Consuegra. 
- María, contrajo matrimonio con Ramón Berenguer III, conde de Barcelona. 

Al inicio del segundo destierro del Cid, en 1089, Jimena fue puesta en prisión con sus hijos Cristina, Diego y María por mandato de Alfonso VI.



No se sabe nada más de Jimena hasta fines de 1094, cuando Rodrigo Díaz vence el 21 de octubre en la batalla de Cuarte, asegura su dominio sobre Valencia (que había conquistado el 17 de junio de ese año) y se reúne definitivamente con su marido hasta su muerte en verano de 1099.

Sofía Loren en "El Cid"

Desde ese momento fue señora de Valencia plenipotenciaria hasta 1102 cuando Alfonso VI, su primo, decide abandonar la ciudad a los almorávides, no sin antes incendiarla, ante las nulas posibilidades de mantener esta plaza, escoltando a Jimena en su regreso a Castilla.

En 1103 firma en San Pedro de Cardeña un documento por el que vende un monasterio de su propiedad a dos canónigos de Burgos, aunque tal hecho no significa que Jimena viviera recluida en la abadía cardeñense durante toda su viudedad. Más probable es que viviera sus últimos años en Burgos o en alguna localidad próxima a dicha ciudad. Murió entre el 29 de agosto de 1113 ó 1116, probablemente en este último año.


Tumba de El Cid y Doña Jimena

Fue enterrada junto al Cid en el monasterio de San Pedro de Cardeña. En 1921 se trasladaron sus restos a la catedral de Burgos, donde permanecen al lado de los pocos que quedan de su marido Rodrigo.

jueves, 15 de agosto de 2019

DON BENITO. MILAGROS DE LA VIRGEN DE LAS CRUCES



1757

En el año de mil setecientos y cincuenta y siete estuvo sin llover desde los últimos días del mes de Enero hasta el día 15 de Abril, y como el día catorce se trajo a Ntra.  Sra. de las Cruces y el día quince que se principió su novena como a las cuatro de la tarde que se tocó a la salve, fue tanta el agua, que Ortiga no se pudo vadear a las siete, sin haber habido antecedentemente señales algunas por lo que se atribuye a milagro de Ntra. Sra., pónese esta nota para que demos gracias a Ntra.  Sra. y tengamos devoción con Ntra. Sra. de las Cruces.


Foto: Calendario de bolsillo año 1985 con publicidad del laboratorio fotográfico MAX COLOR


1760

Lo mismo sucedió en el año 1.760, estando todas las mieses secas se trajo a Nuestra Señora y el día 13 de Abril, y fue tanto lo que llovió que se cogió una cosecha. No sucedió como en el año de 1.823 pero sí otro más prodigioso para los que confiamos en su poderosa protección y fue que no llovió desde 1º de Marzo en adelante y los aires vierzos nos helaron las viñas y trigo, desde que vino Ntra.  Sra. principiaron a correr vientos tan frescos que en  lo general  fue la cosecha en pan, vino, aceite y demás, mucho más que mediana , pesando cada fanega en trigo cuatro libras más que la del año anterior. Oh quan investigabilis via ejus Ap-hom-G. Pongo esta noticia para confusión de los que se mofaban  (como francmasones que por desgracia abunda la cizaña) de nuestras Rogativas, porque no llovió. Vea el imparcial cual es más digno de admiración, si llover en la primavera y coger buena cosecha o cogerla sin llover en país tan cálido y heladas las plantas. O stulti et tardi ad credendum. (Si saldría un aire tan continuado en las sociedades francmasónicas).


Original procedente del archivo parroquial


1826

En abril de 1.826 se trajo a María SSma. de las Cruces para que nos socorriese con el beneficio del agua, cuyo socorro recibimos con abundancia dentro de novenario; pero habiendo sobrevenido una inmensa plaga de langosta salió Ntra. Sra., S. Gregorio y S. Sebastián en procesión (cantando el clero las letanías de los Santos), al pozo del fraile donde se echaban los conjuros de Nª. Sª Madre y haciendo los asperges con agua de la cabeza de San Gregario de Hostia que se conserva en el archivo de esta Iglesia; desde cuyo día se acabó la plaga milagrosamente, en término que no se les ha visto volar, desovar ni otro medio humano por donde se concluyese; por lo que se atribuyó a Milagro de María SSma. de las Cruces.



Fuente:

Archivo parroquial de la iglesia de Santiago Apóstol.
 


miércoles, 26 de junio de 2019

ESTEBAN MIRA CABALLOS EN DOVANE63



26 de junio de 1541, un grupo de hombres capitaneados por el hijo de Diego de Almagro irrumpen en palacio. Cosen a estocadas y puñaladas, no menos de 20, al viejo conquistador de 65 años, lo que no pudieron hacer miles de guerreros incas, uno de ellos de una certera estocada en el cuello lo logra y acaba con su vida, muere Francisco Pizarro.



Francisco Pizarro González, nació en Trujillo (Cáceres) el 16 de marzo de 1478, un gigante de nuestra historia, un hombre que en apenas tres años se hizo con el control del Poderoso Imperio Inca.

Palacio del Marques de la Conquista de Trujillo, en la plaza mayor.

Recientemente se ha publicado un libro que nos relata la vida y hazañas de Francisco Pizarro.




Su autor es el profesor Esteban Mira Caballos, un  historiador en búsqueda permanente de la verdad y que amablemente nos envía al blog su saludo con esta reseña:

Francisco Pizarro: una nueva visión de la conquista del Perú (Editorial Critica, febrero de 2018) plantea una revisión en profundidad de la figura del trujillano y de su conquista. 

Francisco Pizarro fue el arquetipo de conquistador, un guerrero experimentado en la guerra indiana. Su capacidad estratégica era fruto de un proceso de acumulación de conocimientos que comenzaron en el Caribe y se continuaron en Panamá y el Perú. La combinación de estas experiencias no pudo ser más letal para los incas.

Supo utilizar a los grupos nativos resistentes a la estructura imperial quechua. Ya hemos comentado que el Tahuantinsuyu era un estado relativamente joven y muchos pueblos todavía guardaban un resentimiento contra los incas por haberles privado de su antigua independencia. En el fondo, la mayoría de los reyezuelos locales soñaban con recuperar su añorada libertad y solo aceptaron la sumisión por la política de terror desplegada por el estado incaico. El trujillano valoró adecuadamente esa baza que utilizó en su propio beneficio. Ahora bien, fue un buen conquistador pero un mal gobernador, al no poseer la preparación adecuada para administrar un territorio. A nivel político permitió el surgimiento de enemistades entre españoles e indios y de los hispanos entre sí que dieron lugar a las llamadas guerras civiles. La administración de la hacienda real fue un verdadero caos y tanto él como sus hermanos tomaron dineros de la hacienda real cada vez que les interesó. 



Su asesinato en 1541 fue la crónica de una muerte anunciada, fruto de los odios mutuos entre pizarristas y almagristas. En el Perú de la conquista se vivieron infinidad de dramas, injusticias, traiciones, destrucciones y matanzas, sufridas casi siempre por los naturales y ocasionalmente por las huestes. No hay que sorprenderse por ello, los guerreros han actuado siempre así, en cualquier tiempo y en cualquier espacio. El Inca Atahualpa mandó asesinar a su medio hermano Huáscar, Francisco Pizarro y Diego de Almagro a Atahualpa, los hermanos Pizarro a Diego de Almagro, el hijo de éste a Francisco Pizarro y el licenciado Vaca de Castro a Diego de Almagro el Mozo y a sus secuaces. 

Como puede observarse, la mayor parte de los grandes protagonistas de la conquista del Tahuantinsuyu perecieron de manera violenta y, lo peor de todo, luchando entre ellos mismos. Todos ansiaban su propia gobernación, a ser posible rica, como la que poseía el admirado Hernán Cortés. 

Francisco Pizarro obtuvo la gobernación de Nueva Castilla y Diego de Almagro, unos años después, la de Nueva Toledo. Pero este último, ignorante aún de las grandes riquezas de Potosí, que caían en su gobernación, quiso reclamar Cusco y Lima, a sabiendas de que los Pizarro nunca aceptarían. No hubo voluntad, sosiego, ni capacidad por ninguna de las dos partes de solucionar el conflicto sin derramamiento de sangre. Las consecuencias de las actitudes irreductibles de unos y de otros fueron trágicas. 

En pleno siglo XXI la conquista sigue sin estar totalmente asimilada en el imaginario colectivo peruano pues pervive un sentimiento de nostalgia, quizás idealizado, hacia el mundo incaico. Se trata de lo que los quechuas llaman el lamento andino. De aquellos barros estos lodos.

¡¡MUCHAS GRACIAS ESTEBAN!!

martes, 25 de junio de 2019

MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS




La más famosa batalla de la guerras indias fue la de Little Bighorn, enfrentó a una gran coalición de las tribus Lakota y Cheyenne contra el mítico 7º de Caballería del Ejército de los Estados Unidos, aconteció durante dos días, el 25 y el 26 de junio de 1876 cerca del río Little Bighorn en el este del territorio de Montana. 

 

 PULSAD PARA ESCUCHAR





A finales del año 1875, los indios Sioux y Cheyenne abandonaron sus reservas, indignados por las continuas intrusiones de los colonos blancos en sus tierras sagradas en las Black Hills (Colinas Negras). Se unieron bajo el mando del gran guerrero Sitting Bull (Toro Sentado) y en la primavera siguiente obtuvieron grandes victorias sobre la caballería de los Estado Unidos. El 9 de noviembre de 1875, fuerzas estadounidenses fueron enviadas para atacar a los indios basándose en un informe de un explorador indio que declaró que cientos de Lakotas y Cheyennes, comandados por Sitting Bull y Crazy Horse , estaban en pie de guerra. 




La verdadera razón de esta guerra, era la de todas las guerras, la ambición humana y es que Las Black Hills, eran muy ricas en… oro.





Custer llegó cerca del Río Little Bighorn en la noche del 24 de junio de 1876, el resto de la columna marchaba hacia la cabecera del rio para bloquear la posible huida de los indios, dos exploradores Crow fueron enviados para analizar la situación. 




Volviendo con la advertencia de que un gran campamento indio estaba situado en el Río Little Bighorn, Custer decidió ignorar esta amenaza, menospreciando al enemigo dividió el regimiento en cuatro secciones esperando que los indios huyeran a la primera señal de asalto, Custer los hizo avanzar el 25 de junio. 




Sin un conocimiento suficiente del tamaño de las fuerzas a las que se iban a enfrentar, ordenó al primer batallón de 175 soldados, comandado por el mayor Marcus Reno, atacar. Sin embargo, rápidamente se dieron cuenta de que las fuerzas Lakota y Cheyenne eran mucho más grandes de lo que pensaban y que no mostraban ni la más mínima señal de huir ante su presencia, envió un mensaje a Custer, pero no recibió respuesta y lanzó su ofensiva hacia el norte. Temiendo que pudieran quedar atrapados, detuvo la carga, desmontó y disparó sobre el poblado a cierta distancia. Después de unos 20 minutos de fuego, solo habían conseguido matar a un indio y los refuerzos no aparecían, huyeron por el rio y fueron perseguidos por los indios que mataron a varios de ellos. Continuaron con su huida hasta encontrarse con el batallón del capitán Frederick Benteen y gracias a ello se salvaron de ser totalmente aniquilados. 



Mientras tanto los planes de Custer eran alcanzar el extremo norte del campamento indio para atacarlo simultáneamente con Reno, pero el terreno le complicó bastante su marcha, cuando llegó ya había sido rechazado Reno y cuando fueron descubiertos, los Cheyenne y Sioux cruzaron el río y los hicieron retroceder hasta lo alto de una colina, al mismo tiempo un grupo de Sioux bajo el mando de Crazy Horse (Caballo Loco) se movió rápidamente hacia abajo y en forma de arco, envolviendo a Custer, que en una acción desesperada ordenó a sus hombres disparar a sus caballos y apilar los cadáveres para cubrirse. 




Sin embargo, los caballos proporcionaron poca protección contra el ataque de balas y flechas que llovían sobre Custer y sus 210 hombres. En menos de una hora, fueron asesinados en el peor desastre militar de los Estados Unidos. Después de que los indios hubieran aniquilado a las tropas de Custer, avanzaron sobre las restantes tropas estadounidenses de Benteen y Reno. Durante las siguientes 24 horas los indios y los soldados lucharon una dura batalla hasta que llegaron refuerzos bajo el mando del general Terry y los indios comenzaron una retirada hacia el sur. 




Cuando Terry llegó, los indios ya habían quitado sus propios muertos y heridos del campo de batalla. Sin embargo, los cuerpos de los soldados permanecieron donde murieron, muchos habían sido despojados de sus ropas y salvajemente mutilados, haciendo que la identificación de muchos de ellos fuera imposible. 



El cuerpo de Custer fue encontrado cerca de la cima de la colina, donde hoy se levanta un monumento con los nombres de los soldados que lucharon en la batalla. Le habían disparado en la cabeza y en el pecho izquierdo, pero su cuerpo se quedó sin mutilar, algunos creen porque estaba vestido con pieles de ciervo en lugar de uniforme, aunque otros informes no oficiales indican que le fue cortada una falange de un dedo de la mano, que las mujeres Sioux perforaron sus oídos con agujas para que pudiera escucharlos mejor en la otra vida y su pene fue atravesado por una flecha.




210 hombres murieron con Custer y otros 52 murieron bajo el mando de Reno. Todos fueron enterrados apresuradamente, tiempo más tarde el cuerpo de Custer sería trasladado al cementerio de West Point. 




Sólo unos 60 guerreros indios murieron en la batalla. El ejército estadounidense respondió aumentando el número de soldados en la zona en un esfuerzo por "aplastar a los indios" y vengarse de los que murieron en la batalla. También se dice que el 7º de Caballería no estaba armado de manera adecuada, que los indios tenían mejores rifles que sus enemigos, etc. Un mal tirador equipado con una buena arma sigue siendo un mal tirador y es que muchos de los soldados del 7º habían practicado muy poco su puntería. Ocho días antes, en la batalla de Rosebud, las tropas dispararon 25.000 balas. ¿El resultado? 100 bajas indias. 




En Little Big Horn se calcula que se dispararon unos 42.000 cartuchos para causar entre 60 bajas. Si eras indio, parece ser que tenías más probabilidades de morirte de un susto que de un tiro disparado por los soldados de Custer. Sólo después de la masacre, Washington autorizó que cada soldado usara 20 cartuchos al año (de risa) para practicar su puntería (como decimos en Don Benito: “A buenas horas, mangas verdes”). Tres años más tarde la batalla fue objeto de una investigación judicial, durante la ella, las acciones de Reno, Benteen, Terry y Custer fueron cuidadosamente examinadas. El informe sugirió que Reno era un borracho y un cobarde, mientras que Benteen fue criticado por desobedecer las órdenes de Custer. Otro factor que contribuyó a la derrota fue la llegada tardía del general Terry. Sin embargo, se culpa de la derrota a una inteligencia defectuosa y a la falta de comunicación, las carreras militares de Reno y Benteen terminaron tras este proceso. 




Dos años más tarde, se erigió un monumento conmemorativo sobre la fosa común de los soldados del Séptimo de Caballería, los Scouts de la India y otros miembros del personal muertos en la batalla. Con el paso de los años, la imagen de Custer y la batalla de Little Bighorn ha cambiado a medida que se iba conociendo el maltrato al que fueron sometidos los nativos durante la expansión americana y en el año 1991, el Congreso de los Estados Unidos cambió el nombre del campo de batalla de Custer a campo de batalla de Little Bighorn y ordenó la construcción de un monumento indio.