sábado, 12 de agosto de 2023

JUANA "LA SEVILLANA"


Revisando antiguas fotografías de mi querido amigo Diego, bueno, no son fotografías, son recuerdos como él bien dice; encontré la del carrito de chucherías de la señora Juana “La Sevillana” y su hijo Pedrito.

Me fijé en un detalle que me llenó de nostalgia, el blíster del Mini Colt Shamber´s, pues yo compré uno igual, lástima que con el paso del tiempo casi todos estos “tesoros” se perdieran para siempre.



Aquellos puestos que con tanta ilusión visitábamos, solían tener cosas baratas, pues la economía de por aquel entonces permitía pocos lujos; pero a pesar de su poco valor, nos parecían extraordinarios esos artículos:




El Pitagol, caramelo que pitaba; los heladitos de oblea y merengue; los caramelos que se pegaban a los dientes; los refrescos efervescentes para mezclar con el agua pero que todos chupábamos en la mano; los chicles, cromos, cigarrillos de chocolate, palotes…




El entrañable Pedrito, con su eterna sonrisa y sus peculiares andares, empujando aquel carrito verde, repleto de sobres de papel de marca “Montaplex” que me fascinaban. 



PEDRITO - Foto: D.S. Cordero


Sus portadas ya hacían soñar, contenían soldaditos, armamento y vehículos de todo tipo y época en plástico, con los que me pasaba horas y horas simulando batallas.



LA GENEROSIDAD DE JUANA


En 1983, ya muy mayor Juana, tras pasarse toda su vida en la calle, pasando calor en los veranos y mucho frío en los inviernos, en el puesto de dos ruedas que calentaba con una lata de picón, suspiraba por retirarse y que le concedieran una pensión.



Junto a Pedrito, fue protagonista de una noticia en las páginas del Diario Regional Hoy, que por entonces efectuaba un sorteo entre los vendedores de su periódico con motivo de cumplirse en ese año el cincuentenario de su fundación. Juana, que también vendía el periódico, fue agraciada con un viaje a Mallorca, pero no lo hizo, porque generosamente lo ofreció como regalo de boda a su nieta Teresa Barroso y a Manuel García.


Entre los objetos a la venta, podemos ver la pistolita Shamber´s

 

Juana Muñoz Trujillo nació en 1903, en la localidad sevillana de Los Corrales, de ahí su apodo “La Sevillana”, allí desempeño el oficio de panadera por las noches. Fue madre de 7 hijos: Teresa, Ángela, Juan José, Rosario, María, Ana y Pedro López Muñoz, todos ellos se casaron en Don Benito, menos Pedrito que debido a su minusvalía vivió siempre a su lado, pasando tras la muerte de Juana, a vivir con su hermana Rosario.




Quienes la conocieron recuerdan su fuerte carácter, sí, tenía mal genio, al contrario que su esposo que era más tranquilo.

Su marido se llamaba Pedro López Ruda, era el barbero de Los Corrales. Cuando el matrimonio se trasladó sobre los años 40 a Don Benito también se dedicó a la venta de golosinas. El domicilio familiar se encontraba en la antigua C/. General Barrón, nº 41 (actual Primero de mayo).



Pedro López fallece (finales años 60 - principios de los70) aunque su hijo Juan José, (1928/2013) ya hacía tiempo que era el motor de la familia. 

Trabajó Juan José por cuenta ajena en “La Perla” y posteriormente por su cuenta, solía ponerse con su carrito debajo de los portales de la plaza. Compraba sacos de avellanas y pipas que tostaba en el horno de la calle Italia y luego los vendía, también en un carrito, en la plaza de España, era conocido como “El Sevillano”.



En el año 1953 Juan José contrae matrimonio con Ángela Parejo González, natural de Medellín y en 1972, junto con su mujer e hijos, emigra a Cambrils, ciudad en la que falleció.




Antes de su muerte recibió emocionado en su domicilio al alcalde de Don Benito por aquel entonces, Mariano Gallego, que tuvo la cortesía de visitarlo durante un viaje a la ciudad tarraconense.


Juana y Pedrito solían ponerse junto al viejo Cuartel de la Guardia Civil.

La tarde del 23 de febrero de 1988, una nieta que trabajaba cerca de su casa, se pasó a visitar a Juana, la encontró muy pachucha y le quiso hacer unas sopas, pero Juana no quiso y le dijo:

- Solo quiero morir.

Aquella misma tarde murió, tenía 86 años y una dura vida a sus espaldas.

Pedro la sobrevivió poco más de un año, ya que falleció el 20 de julio de 1989 cuando contaba con 53 años. Ambos recibieron cristiana sepultura en el Cementerio Municipal de la ciudad.



Mujeres de postguerra enlutadas como Juana, y que vistieron de negro hasta su muerte recorrieron nuestras calles trabajando duro para sacar adelante a sus familias, y en la mayoría de los casos, sin reconocimiento, su memoria se va perdiendo con el paso de los años.

Hubo muchas de estas entrañables viejecitas, siempre vestidas de negro, como aquella (no recuerdo su nombre) que recorría las calles vendiendo los bollitos de leche que llevaba en una cesta de mimbre.



"SEÑA" GENARA


“Seña” Genara, símbolo de madre coraje y reivindicadora que durante años regentó junto a su hijo Juan el conocido kiosco de bebidas Verea en la Plaza de España.

Mis vecinas de la calle San Marcos: “Señá Tomasa” y su hija Florentina, Fidela, o la señora Inés que no salía a la calle sin mantón y pañuelo negro en la cabeza, como otras tantas madres, a las que la guerra les había arrebatado los hijos.



Madre y viudas rezando frente a las tapias del cementerio de Don Benito


Otra enlutada y también cordial era Luisa, la vendedora de periódicos y que magistralmente describe así Diego:



LUISA, Vendedora de periódicos.

“Su vida se deslizó en silencio, pero como vida, fue tan importante como la nuestra. Al fin y al cabo, con la muerte queda igualada cualquier diferencia ¿Dónde vivió? ¡Qué más da! El mundo está lleno de Luisas”.

... y JUANAS.


¡Gracias, Lorenza, por tu extraordinaria colaboración!

 

ALGO INESPERADO

 

He recibido esta semana una grandísima sorpresa. Llegó un paquete procedente de una tienda especializada en objetos para coleccionistas y al abrirlo no podía creer lo que veían mis ojos.

Su contenido me ha emocionado y devuelto a la infancia, hasta aquella época de juegos en las largas tardes de verano bajo la sombra de un limonero.



Se trata de la misma pistolita con la que tantas veces jugué y que ha sido el detonante de este artículo

¡Gracias, Esperanza y Alejandra!

 Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre.


FUENTES Y AGRADECIMIENTOS:

  • Diego Sánchez Cordero.
  • Nieves Campos Guisado.
  • Hemeroteca Diario HOY.
  • Todocolección.
  • Daniel Cortés González.
  • Lorenza López Parejo.
  • Loli Moreno López.
  • Alejandra Nevado Chaparro.
  • Esperanza Nevado Chaparro.