jueves, 29 de noviembre de 2018

MEDELLIN. Aventuras con Manuel. Cap. VI


 SANTA CECILIA

En la excursión de ese día, desgraciadamente, nos quedamos con las ganas de entrar en esta iglesia pues estaba cerrada, aunque supongo que tú como Metellinense la habrás visitado en numerosas ocasiones. 




Este espectacular templo data del siglo XVI, las obras de construcción no se pudieron concluir adecuadamente, quedando parte de las cubiertas y la fachada de los pies inacabadas, se interrumpe bruscamente el edificio, advirtiéndose que inicialmente se proyectó más largo, esto lo pudimos comprobar desde fuera del templo.




A escasos metros, se levantó una modesta torre con remate piramidal, prácticamente igual en su diseño a la de la iglesia de la vecina Don Llorente. Para poder ver su interior tuve que volver a desplazarme a Medellín, no pude contar con tu compañía, pero te diré que me encontré a tu hermana Rocío que estaba preparándose para la Confirmación, así que ya sé que tú estabas en el campo con tu padre jugando a la pelota. El interior es también espectacular, además de la gran nave central, existen dos capillas y una sacristía. 





La nave tiene bóvedas diferentes en cada uno de sus tramos: en la cabecera se cubre con bóveda de crucería con terceletes, son cada uno de los nervios que vemos en la bóveda; el tramo siguiente presenta una bóveda de crucería con terceletes rematados por florones. A los pies del templo hay una pequeña capilla también con bóveda de crucería donde hay una gran pila bautismal, que puede ser del siglo XVI. 




Me llamó la atención la gran cantidad de imágenes que hay. Casi todas son modernas pues las originales, desgraciadamente, fueron destruidas en la Guerra Civil del siglo pasado, nos asombramos por lo que sucede actualmente en oriente con la destrucción de patrimonio, pero no hace tantos años, aquí sucedía lo mismo. 




Manuel, dijo una vez un tal Albert Einstein que sólo hay 2 cosas infinitas, el Universo y la estupidez humana, pero no estaba muy seguro de la primera, de la segunda puedes observar cómo nos destruimos solo por demostrar quién puede más.


 LAS ESCARAGUAITAS


Desde la primera vez que accedí (hace ya más años de los que tú, amigo Manuel, tienes) al recinto interior de esta fortaleza, llamaron mi atención estas torrecillas cilíndricas que sobresalen del muro que divide al castillo, llamado muro o muralla de diafragma. Este muro divide el interior del patio de armas en dos, su fin era facilitar su defensa, al mismo tiempo permitir la circulación de los defensores desde lo alto y desde el interior por el pasillo que posee y que vemos en las fotos, uniendo así las dos torres principales del recinto y aislando las zonas vitales del castillo, como: la torre el homenaje, las cisternas… También servía para separar a la población y el ganado, cuando tenían que refugiarse dentro de sus muros de las tropas que formaban en núcleo defensivo de esta formidable fortificación. 



Estas torrecillas tienen el gracioso nombre de escaraguaitas y desde ellas se podía hostigar al enemigo en caso de asalto, son las antecesoras de las garitas de vigilancia, aunque con el tiempo este tipo de construcciones adquirieron un valor predominantemente decorativo, asociado a la construcción de casas palaciegas. 




Este castillo posee cuatro y se alzan majestuosas dos a cada lado del citado muro de diafragma. En una de ellas se puede ver una ampliación en hormigón con una abertura o tronera de la época de la Guerra Civil que tenía como objetivo cubrir la puerta de acceso al castillo. 




Cada piedra de este castillo tenía un fin o un propósito Manuel, no estaban puestas al azar o por mero capricho y nos dan una idea del alarde constructivo de tus paisanos del siglo XV. Revelan la historia de su construcción: sus inicios, sus ampliaciones, su refinamiento o su decadencia. Estas piedras hablan Manuel, solo hay que prestarlas de vez en cuando un poquito de atención, oír sus lamentos en forma de tenue susurro y no dejar que se echen a perder, tenemos la obligación de mantener este legado para las generaciones venideras y recordar con respeto a sus constructores y a su historia.

jueves, 22 de noviembre de 2018

MEDELLIN. Aventuras con Manuel. Cap. V



LOS BORRACHOS

Aún resuena el eco de la risa de mi amigo Manuel en la cávea (el graderío) del teatro romano, fue producida al contemplar esta figura que adjunto, dijo: parece…¡¡ un borracho !! Jajaja, increíblemente… ¡acertó!





Es la escultura de una figura masculina y que en su brazo izquierdo sostiene un ánfora por la que saldría agua, debió formar parte de una fuente decorativa, que representaría seguramente una alegoría del río Guadiana, rio llamado “Ana” por los romanos tal como nos indica “el dintel de los ríos” encontrado en Mérida.



Figuras parecidas a esta, sirvieron con toda certeza de inspiración al genial escultor Pérez Comendador a la hora de diseñar el conjunto escultórico de la fuente situada en la plaza de España de Don Benito. 





La figura original mide 1,35 m. de longitud x 0,72 m. de altura, fue encontrada en las excavaciones del teatro y representa un Sileno, (no sireno) era un viejo gordo y raro sátiro, dios menor de la embriaguez.



Padre adoptivo, preceptor y leal compañero de Dioniso, el dios del vino, al tiempo que era descrito como el más viejo, sabio y borracho de sus seguidores, así que… ¡acertaste de pleno Manuel!. Podemos ver dos reproducciones de este Sileno colocadas sobre el muro denominado “Frons pulpiti”, el que separa la zona de la orchestra (semicírculo frente al escerario) de la escena.



 MONUMENTO A HERNAN CORTES


De camino al castillo atravesamos la gran plaza de la villa, se construyó a finales del siglo XIX. Te cuento Manuel que para su construcción se tuvieron que expropiar, es decir, quitar legalmente la casa a 23 personas por motivos de interés público, dándoles dinero a cambio de ello, una de las que se derribaron, agárrate, la de la familia de un tal Hernán Cortés (seguro que te suena) es ese que está en lo alto del pedestal.

Hay un pequeño monumento que señala el lugar donde nació, consta de un escudo y el dintel de una puerta. La heráldica que es la disciplina que estudia y explica el significado de los escudos de armas, de éste nos cuenta que está dividido en cuatro cuarteles, el primero lleva un águila bicéfala explayada, el segundo tres coronas, una arriba y dos de menor tamaño debajo, el tercero un león rampante y en el cuarto un castillo torreado sobre las aguas. Todo ello enmarcado con bordura de cadenas y remate conopial. 



En el centro de esta plaza se encuentra el conjunto escultórico que presenta a un Hernán Cortés majestuoso, vestido con armadura, portando el estandarte del reino de Castilla y el cetro de mando, bajo sus pies se pueden ver restos de altares e ídolos aztecas. 








La escultura tiene 3 metros de altura, 4 metros con el estandarte y 8 metros contando el pedestal que está rodeado por dos cabezas de león unidas por una barra, en cada uno sus lados, sobre ellas cuatro cartelas, también de bronce, con los nombres de las cuatro batallas que te conté, las más importantes de la conquista de Méjico. Otumba, Tlascala, Tabasco y Méjico. En el frontal del pedestal aparece un escudo de Medellín y la dedicatoria: "A HERNÁN CORTÉS. AÑO MDCCCXC". Es obra de Eduardo Barrón González, nacido Moraleja del Vino (Zamora). 



Este monumento se fundió en la empresa Federico Masriera de Barcelona en 1890, su peso es de 3.193 kg., se comenzó la fundición el 2 de abril de 1890 y se terminó el 28 de mayo de ese mismo año, aportando el bronce el entonces Diputado al Congreso Groizard, a partir de viejos cañones de guerra.

 Fue sufragada con la colaboración económica de algún particular, de la Diputación Provincial de Badajoz, numerosos ayuntamientos extremeños, el Congreso, el Senado y la Reina Regente (María Cristina de Habsburgo) entre otros. Se contrató la obra con el escultor por un importe de 62.772 ptas. (377,27 Euros). En esta suscripción popular, el municipio de Medellín desembolsó la nada despreciable cifra, para la época, de 30.000 pts. (180,30 Euros). El 13 de Abril de 1890 se procedió a la bendición y colocación de la primera piedra del pedestal, realizado en piedra de Novelda y el 11 de noviembre de 1890 llegó por ferrocarril la estatua de bronce y el conjunto escultórico de cinco toneladas, procedente de Barcelona. 





Tras los avatares de hundimiento de algunos de los más de treinta carros tirados por bueyes que transportaban el conjunto escultórico a la villa, el día 16 fue colocada en su actual emplazamiento en la plaza de Medellín y el 2 de Diciembre de 1890 fue inaugurado, aniversario de la muerte de tu paisano Hernán Cortés.





martes, 20 de noviembre de 2018

MEDELLIN 1966




Medellín, vista del exterior y del interior del castillo hacia 1966 (fotografía de E. Cooper)


EDWARD COOPER



Wimbledon (Inglaterra), 1941. Historiador y profesor en la London Metropolitan University y miembro de la Real Academia de Alfonso X El Sabio, está reconocido como uno de los más prestigiosos especialistas en los castillos españoles y en la realidad señorial de la Edad Media y la temprana Edad Moderna. Desde que a principiosde la década de los sesenta llegase España con la intención de desarrollar, gracias a una beca del gobierno británico, su tesis doctoral sobre los castillos, no ha dejado de investigar en torno a los mismos.

Fuente: EL SEGUNDO DUQUE DE ALBA Y LAS COMUNIDADES DE CASTILLA: NUEVAS APORTACIONES EXTREMEÑAS Y MURCIANAS - THE SECOND DUKE OF ALBA AND THE COMUNIDADES OF CASTILE: FRESH DATA FROM EXTREMADURA AND MURCIA
Edward Cooper, London Metropolitan University

jueves, 15 de noviembre de 2018

MEDELLIN. Aventuras con Manuel. Cap. IV





SANTA MARIA DEL CASTILLO

Los primeros restos que encontramos nada más entrar en el patio occidental del castillo y que vemos en las fotografías son los de una Iglesia, Santa María del Castillo. Fue construido este templo en el siglo XIII, poco tiempo después de que los cristianos conquistáramos el castillo a los moros. 




El estado tan calamitoso e irreconocible que presenta en la actualidad es debido a que sufrió numerosos destrozos durante la Guerra de la Independencia, aquella que te conté Manuel … la que nos enfrentó contra los soldados franceses mandados por Napoleón y que nos derrotaron en la sangrienta “Batalla de Medellín” el 28 de Marzo de 1809. Luego por la ocupación de las Milicias Nacionales (tropas Carlistas) entre los años 1834 y 1836, a partir de ahí fue casi abandonada, se cerró al culto definitivamente el 15 de marzo de 1894, finalmente la acabó de destrozar el bombardeo que sufrió el castillo durante la Guerra Civil Española en la primera mitad del siglo XX. 




Se cuenta que esta iglesia tenía en su altar mayor un bonito camarín, todo el piso de azulejos y las paredes pintadas al óleo y en su centro, las cuatro mujeres fuertes del Evangelio: Esther, Judith, Ruth y Abigail. Ocupando el centro de dicho camarín, la imagen de Nuestra Señora del Castillo (era una talla medieval de 40 cm., supuestamente gótica, con la Virgen sentada y el Niño sobre sus rodillas, desgraciadamente fue destruida durante la guerra civil de 1936). Existían además dos altares colaterales y estaba cubierta por bóvedas. 




Qué curioso Manuel, en este mismo lugar los antiguos daban culto a la naturaleza y a sus dioses sobre altares de piedra, luego los romanos erigieron sus templos, posteriormente los árabes levantaron sus mezquitas, finalmente los cristianos sus iglesias y siempre como resultado de una guerra. 




Me pregunto:

 - ¿Qué será lo próximo Manuel, acaso un templo Jedi…? ¿Vamos aprendiendo o... desaprendiendo?


EL MOLINO DE LOZANO 



Para esta aventura que hoy relato no pude contar con la compañía de mi amigo Manuel, mejor, pues el sitio es bastante o muy peligroso. Aún resuenan las carcajadas de Marisa a raíz del castañazo que me pegué. Debería estar señalizado o cerrado para así librarse de vándalos o de incautos como yo, ruego a quien corresponda tome medidas urgentes en materia de seguridad antes de que suceda una desgracia. Hablo del molino hidráulico conocido popularmente como “El Molino de Lozano”.

Este tipo de molino tenía un mecanismo que movido por el agua le permitía moler cereales. El nombre le viene del año 1914, cuando uno de sus mayores partícipes era Dª. María Lozano Sánchez (viuda de D. Francisco Puente) y con este nombre se ha quedado hasta hoy. 




Se encuentra cerca del puente de época barroca, apenas a 500 metros aguas arriba, su construcción es de época medieval. Es de planta poligonal y sus muros son de mampostería. Destaca la posición de la fachada este, cuya esquina funciona como tajamar, es decir, de manera que puede cortar el agua de la corriente y repartirla con igualdad y al mismo tiempo ofrecer menor resistencia a la fuerza de arrastre generada por el agua. 




La fachada oeste está reforzada por seis espolones para contrarrestar los empujes del rio Guadiana. En su interior se conservan aún y colocadas en su posición original las piedras y estructuras vinculadas a la molienda. En las cercanías del mismo también pueden observarse los restos, muy deteriorados, de la casa del molinero. 




He de contaros que Manuel y yo tenemos la misma suerte… sí, al igual que él ve desde su colegio el castillo, yo, aunque desde la distancia, lo veo desde Don Benito. Me suele pasar como al protagonista de la película de Amenábar “Mar adentro”, cierro los ojos y vuelo... vuelo sobre los cerros de Medellín, soñando con mil historias, con mil batallas… y pienso como dijo aquel poeta:

“Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar”.