sábado, 4 de abril de 2020

VISITANTES DE ESCRITORIO. Hoy: José Mª Gallardo



José María Gallardo Durán (Profesor y Catedrático del I.E.S Bartolomé J. Gallardo de Campanario, ya jubilado) es el que se asoma hoy a esta ventana abierta. Conocí a José María (Chele) allá por los años 80 del siglo pasado, él era un joven profesor de inglés que nos enseñaba aquello de “the table is red” y yo un joven imberbe que paseaba libros bajo el brazo. 





Desde entonces y hasta hace un par de años, nuestros caminos no se habían vuelto a cruzar, el reencuentro ha venido propiciado por una afición común, la investigación y divulgación de nuestra historia, ahora además de profesor y alumno, somos amigos. 


MIS HERMANOS LOS PÁJAROS
Por José Mª Gallardo


En su casa de Alcazarén decía hace cosa de un año el escritor José Jiménez Lozano, a sus 88 años, que merecía la pena vivir porque en el mundo había gente y había pájaros. 

Para los que no caigan, Alcazarén está en Valladolid, no muy lejos de Langa, el pueblo donde nació, que está en Ávila. Gente no hay mucha ni en Alcazarén ni en Langa, pero pájaros debe de haber bastantes, y a Jiménez Lozano le gustaba verlos. 


Iglesia de Santiago Apóstol (Alcazarén) – Foto: Jdlcalle


Y digo le gustaba porque murió el pasado día 9 de marzo, a los 89 años, poco antes de que decretaran el estado de alarma, y se desatara esta desolación que nos tiene a todos cohibidos.

A mí también me alegran la vida los pájaros. Cuando a las ocho de la tarde salgo todos los días al balcón, aplaudo, saludo a los vecinos y me animo de ver a la gente, como Jiménez Lozano.

Por si fuera poco, a la cita acuden todas las tardes unas golondrinas que, al no haber coches, pasan por mi calle en vuelo rasante, para arriba, para abajo, sin descanso, indiferentes a nuestras penas, gráciles y rápidas, bellísimas. Me alegro por ellas. 


El castillo de la Encomienda de Castilnovo y las grullas. Foto: Jesús López


Tengo la suerte de que, en el huerto de casa, con la misma indiferencia, se reúnen todos los días gorriones, tordos, una pareja de mirlos, otra de tórtolas turcas, verderones, jilgueros, que aquí llamamos colorines, y que vienen a comerse la grana de las ortigas, y otros pájaros cuyo nombre desconozco. Ellos están a lo suyo y a mí me alegran el día.


Cernicalo primilla en la iglesia mudéjar de Palomas (Badajoz) Foto: Jesús López


Escribió San Buenaventura, Doctor de la Iglesia, y lo pintó Il Giotto, que andaba San Francisco cerca de Bevagna, “donde muchos y variados pájaros estaban congregados”, y que al verlos, por la mucha simpatía que le inspiraban, dejó a sus acompañantes y se dirigió a ellos, que le escucharon atentos.

Hoy Il Poverello di Assisi tendría menos pájaros para escucharle. Nos hemos cargado a millones, e incluso vería que “sus hermanos los pájaros” han sido expulsados de la mayoría de las iglesias, ermitas y conventos de Extremadura, y aun de España, ahuyentados de sus torres y espadañas, rechazados de sus campanarios. En las torres de los pueblos extremeños ya no se ven cigüeñas, ni cernícalos, ni nada. Si acaso algún gorrión despistado que se cuela de cualquier manera en algún agujero que se les olvidó tapar. 


Foto: Carlos Señor


Dicen que es cosa de las parroquias, de los ayuntamientos, de la Junta, incluso. No sé. Si fuera así, ¡cuánto poder contra unos pobres pájaros! Parece que ya las cigüeñas no necesitan más protección, pero se debería proteger la belleza. Nadie que no sea un zote, si alguna vez vio la torre de una iglesia recortándose contra el sol poniente, bullendo de vida, con aves que iban y venían, puede dejar de lamentar la colocación de cableados infernales que las exilian. Han convertido lugares vivos en roca fría y yerta. Por la imbecilidad galopante que sufrimos, a casi nadie le extrañan estos atentados. La basura nos rodea, pero si un pájaro mancha un coche hay gente que se pone histérica. Alguien debería poner un poco de cordura, retirar esos dispositivos, y dejar que los pájaros vuelvan a anidar donde lo hicieron durante siglos.


Foto: Carlos Señor

 En estos momentos en que nos jugamos lo más importante, quería hacerle una mención a la vida.

                                                                                                       Enclaustrado a 2 de abril de 2020


VISITANTES DE ESCRITORIO


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