martes, 28 de julio de 2020

PEPE BOTELLA



28 de julio de 1844, a la edad de 76 años y en brazos de María Julia Clary, muere el que fuera rey de España entre el 6 de junio de 1808 y el 11 de diciembre de 1813, José Bonaparte.





María Julia Clary es una de las reinas menos conocidas de España por su breve reinado. La primera reina plebeya de España, pues no había nacido noble. Nunca estuvo en nuestro país, por lo que por estos lares se la conoció como "La reina ausente". 

  
Apodado “Pepe Botella” por el pueblo español, José Bonaparte fue un político, diplomático y abogado francés, hermano mayor de Napoleón Bonaparte, pero lo más curioso de todo esto es que José I Bonaparte era poco aficionado a la bebida. Se dice que fue abstemio. Lo que sí parece seguro es que nunca se le vio borracho, no solía beber mucho y además también era comedido con la comida. Eso sí, las faldas le perdían.

Pero en cualquier caso, dos siglos después, sigue siendo conocido como Pepe Botella. Hay quienes dicen que fue porque unos guerrilleros habían interceptado un convoy de suministros dirigido a la corte en el que se encontraba entre otras cosas un buen cargamento de vino. Su llegada a Madrid, el 20 de julio, ocurrió en plena Guerra de la Independencia, tras la sublevación popular del 2 de mayo contra las tropas napoleónicas en Madrid, que fue seguida de revueltas en el resto del país.



Fue proclamado rey en Madrid el 25 de julio. Pero tuvo que huir ante la derrota de las tropas francesas en la batalla de Bailén, primero a Burgos, luego a Miranda de Ebro y por último a Vitoria, donde llega el 22 de septiembre, donde fija su cuartel general y desde donde dirige varias proclamas al pueblo español. Finalmente, la intervención del propio Emperador Bonaparte, junto con el grueso de su ejército, consiguió que pudiese establecer su gobierno en la capital. Más tarde tras la derrota en la batalla de los Arapiles, el 22 de julio de 1812, abandonó Madrid para ir hacia Francia; a su paso por Vitoria, fue alcanzado por las tropas del duque de Wellington que derrotaron a su ejército. 




Salió de España definitivamente el 13 de junio de 1813 para refugiarse en Francia, donde permaneció hasta la caída de Napoleón Bonaparte. Mantuvo una ajetreada vida amorosa: Durante su primera huida de la capital vuelve a encontrarse en Vitoria con María del Pilar Acedo y Sarriá, condesa del Vado y de Echauz, esposa del marqués de Montehermoso, Ortuño Aguirre del Corral, un noble afrancesado que formó parte de los diputados que aprobaron la constitución de Bayona. José hace al marqués Grande de España, gentilhombre de cámara y le otorga la Real Orden de España. Además le adquiere por 300.000 reales el Palacio de Montehermoso en Vitoria, que convierte en su momentáneo palacio real. Ambos le acompañan en su viaje a París en 1811 para el bautizo de Napoleón II de Francia, pero Ortuño fallece en París. María del Pilar permanecerá a su lado hasta su huida a Francia, donde perdido el trono, perdido el interés. 

Además mantuvo relaciones con la condesa de Jaruco, un romance que le costó cinco millones de reales. María Teresa Montalvo y O'Farril se había casado muy joven con el entonces hombre más rico de Cuba, aunque su marido se arruinó en la corte de Carlos IV de España. Su tío materno era Ministro de la Guerra de José I. Al fallecer joven, se encapricha de su hija María Mercedes, esposa del capitán general de su guardia, Christophe-Antoine Merlin. José I lo nombra conde y lo mantiene constantemente en misiones fuera de Madrid. Referente a ello corría la copla popular: La señora condesa tiene un tintero donde moja la pluma José primero. La cantante italiana de ópera Fineschi, la francesa Nancy Derjeux y la baronesa Burke, esposa del embajador de Dinamarca, completan las conquistas amorosas de José.



Tras su salida de España, Bonaparte se trasladó a los Estados Unidos, donde, gracias a la venta de las joyas de la corona española, se construyó una mansión en Point Breeze (Filadelfia) lujosamente amueblada y con una impresionante colección de libros raros y obras de arte; la rodeó además de un gran parque con un estanque artificial. En Estados Unidos, Bonaparte residió sin la compañía de su mujer, que cuidaba de sus hijas en Europa, pero con un amante estadounidense, con el título de conde de Survilliers, entregado a obras de beneficencia y a proteger a los bonapartistas emigrados por medio de la masonería hasta 1841. Murió en Florencia en 1844 pero fue enterrado en París tras reclamar Napoleón III que se le sepultara a la derecha de su hermano, Napoleón, en Les Invalides de París.

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