El teniente D. Ramón Donoso-Cortés Navarro consiguió siete
recompensas en la Guerra de Cuba, una de ellas la Cruz de María Cristina.
Teniente D. Ramón Donoso-Cortés Navarro |
CRUZ DE LA ORDEN MILITAR DE MARIA CRISTINA 1890-1931- AL
MERITO EN CAMPAÑA. Se puede apreciar en la fotografía de nuestro paisano.
CRUZ DE LA ORDEN MILITAR DE MARIA CRISTINA |
Esta orden fue creada mediante la Real Orden de 19 de julio
de 1889, aprobándose su Reglamento mediante el Real decreto de 30 de enero de
1890. Recibió su nombre en honor de María Cristina de Habsburgo-Lorena
(1858-1929), reina regente de España en aquel momento y madre del rey Alfonso
XIII (1886-1941). Se destinaba a recompensar grandes hazañas, los hechos
heroicos, méritos distinguidos, peligros y sufrimientos en campaña.
D. Ramón Donoso-Cortés Navarro ocupó el cargo de Teniente
Coronel de Infantería y delegado gubernativo de los partidos judiciales de Don
Benito y Almendralejo.
Hijo de Santiago Donoso-Cortés Sólo de Zaldívar y de María
de los Dolores Navarro y Contreras.
Hermano de Enrique Francisco Santiago Guillermo Pedro
Donoso-Cortés Navarro; María Luisa Marcelina Donoso-Cortés Navarro; María
Teresa Donoso-Cortés Navarro; y Pedro Eleuterio José Luis Valentín María del
Carmen Donoso-Cortés Navarro.
Nieto de Ramón Domingo Juan Neopomuceno Donoso-Cortés y
Fernández-Canedo (hermano del primer Marqués de Valdegamas) y de María de la
Asunción Sólo de Zaldívar y de Morales
Fuente: CORTÉS GONZÁLEZ, Daniel (2015): Historia y
genealogía de la familia Donoso. Murcia, editorial Entre Renglones
VICTIMAS DOMBENITENSES
De
Don Benito, murieron en la Guerra de Cuba un sargento, un cabo, un guardia
civil y 40 soldados, unos en combate y otros a causa de diversas enfermedades, principalmente por el “vómito negro” una plaga
americana también conocida como fiebre amarilla, una enfermedad hemorrágica.
Estos son los nombres de nuestros paisanos que entregaron
su vida a causa de la guerra de Cuba, tal vez alguno sea familiar tuyo y no tengas
constancia de ello, y si la tienes, te envito a que escribas en este blog:
Justo Aliseda González
Joaquín Álvarez Hurtado
Juan Aparicio Quintero
José Artillero Cidoncha
José Berga Ruíz
Eduardo Camacho Algaba
Francisco Camacho Carreño
Indalecio Capilla Escribano
Lorenzo Capilla Martín
Rafael Casado Hurtado
Manuel Cortés Gallego
Francisco Díaz Paredes
Benito Dinero Díaz
Alfredo Domínguez Rueda
Francisco Dorado Martín
Antonio Expósito Expósito
Julio Francisco Oliva
Ramón Gallego López
Antonio Gallego Martín
Antonio Gallego Menez
Juan Gallego Quintana
Jacobo García Calderón
Juan García Camacho
Ramón Gómez García
Patricio Gómez Sánchez
Joaquín González Bahamonde
Juan Martín Martín
Enrique Martín Muñoz
Eugenio Martín Sánchez
Antonio Poves Morcillo
Manuel Miguel Redondo
Francisco Moraya
Francisco Morcillo Torres
Benito Muñoz Lozano
Cecilio Ortiz Guzmán
Pedro Paredes Menea
Antonio Paredes Soto
Juan Pulido Gallego
Francisco Rodríguez Parejo
José Romero Gallego
Pablo Romo Donoso
Manuel Sánchez Beldas
Pedro Soto Isosa
Extraído del libro "De Extremadura a Cuba: los últimos
conquistadores", de Manuel Antonio García Ramos.
De ese tiempo y ese conflicto trata esta historia que ya
casi nadie recuerda, la historia de este español que combatió al lado de nuestros
paisanos allende los mares.
CASCORRO
Eloy nació el 1 de diciembre de 1868 y su corta vida bien se
parece al guion de una película. Como hicieran varios siglos atrás con Moisés,
le dejaron abandonado en un canastillo en la puerta de la inclusa de Madrid,
tan solo llevaba una nota que decía: "Este niño nació a las seis de la
mañana. Está sin bautizar y rogamos que le ponga por nombre Eloy Gonzalo
García, hijo legítimo de Luisa García, soltera, natural de Peñafiel".
Eloy Gonzalo García |
Las monjas le buscaron una madre de alquiler, a la que la
propia inclusa pagaba mensualmente por hacerse cargo de él. Una mujer llamada
Braulia Miguel acababa de perder un hijo y se encontraba en actitud de lactar y
fue lo único parecido a una madre que tuvo el desdichado Eloy, obligado a vivir
en una casa cuartel, donde comió poco y obedeció mucho. A los trece años, la
inclusa dejó de pagar los gastos de su mantenimiento y tuvo que marcharse.
Conoció muchos oficios hasta que en 1889 se alistó como quinto en el Regimiento
de Dragones de Lusitania, donde llegó a cabo en sólo dos años y de ahí pasó al
Instituto de Carabineros del Reino. La mala suerte se cruzó un día en su
camino, un lio de amores le llevó a dar con sus huesos en la cárcel militar de
Valladolid.
Ese verano, sin embargo, algo que estaba sucediendo a miles de
kilómetros cambió su suerte para siempre. El estallido de la guerra en Cuba,
obligó al Gobierno a efectuar una recluta extraordinaria, a la que podían
concurrir los militares convictos por faltas leves. Eloy Gonzalo se apresuró a
comprar ese billete a la libertad y se alistó en el primer reemplazo.
Combatientes españoles en Cuba |
Fue destinado a la fortificación de Cascorro, una pequeña
localidad cubana situada en una sabana entre los ríos Cascorro y sol, a 60 km
de Camagüey. El 22 de septiembre de 1896, de madrugada, un batallón de unos
2.500 rebeldes atacó la plaza, la guarnición española era escasa y estaba mal
armada. Una semana y media después de aguantar, estaban al límite, la munición
escaseaba, apenas quedaban víveres y algunos soldados estaban cayendo víctimas
del tifus y la malaria. El único medio de romper el asedio sería infiltrar a un
hombre dispuesto a morir en el cuartel enemigo que estaba muy cerca y que lo
incendiara. El capitán pidió voluntarios y Eloy Gonzalo, aquel inclusero
madrileño que había ido a la guerra para librarse de la prisión, dio un paso al
frente. Sólo pidió una cosa: que le atasen con una cuerda para que, si fallaba
el plan, sus compañeros pudiesen recuperar su cuerpo. Salió al anochecer
pertrechado de un máuser, una antorcha y una lata de petróleo. Y cumplió su
cometido, el cuartel general de los rebeldes, era pasto de las llamas. El
capitán envió un pelotón en ayuda de Gonzalo, al que trajeron de vuelta, ya
convertido en el héroe de Cascorro.
Hubo otros héroes como el soldado Carlos Climent Garcés,
quién salvó las vidas de sus compañeros heridos llevándolos a la enfermería en
medio de los ataques del poblado. Sin embargo, la figura del héroe de Cascorro
se hizo muy popular en la figura de Eloy Gonzalo en España, olvidando a su
compañero, probablemente por la condición de expósito y por la necesidad de
exaltar un rasgo de heroísmo individual en una guerra.
Eloy Gonzalo no murió en
Cascorro, sino unos meses después, en un hospital de Matanzas, de enterocolitis
ulcerosa gangrenosa, causada por la mala vida y peor alimentación del ejército
español en Cuba.
Sus restos fueron repatriados y reposan en un mausoleo del
Cementerio de la Almudena de Madrid y se le dedicó una calle (la calle de Eloy
Gonzalo) y levantó una estatua en el popular Rastro.
Los datos sobre los fallecidos de Don Benito se publicaron en 2013 y quedaron obsoletos, actualmente la cifra alcanza los 49 muertos. Saludos
ResponderEliminar