1828, una campesina de 46 años es ungida con la sangre de un toro recién sacrificado y coronada reina y gobernante suprema de Madagascar, sus primeras palabras como soberana son:
Nunca digáis, solo es una mujer débil e ignorante ¿cómo
puede gobernar un vasto imperio? ¡Yo lo hare aquí, para la buena fortuna de mi
pueblo y gloria de mi nombre! No adoraré a otros dioses sino a los de mis
antepasados. ¡El océano será el límite de mi reino y no cederé de él ni el
grosor de un cabello!
Su verdadero nombre
era Rabodoandrianampoinimerina, conocida como Ranavalona I , hija de una
campesina pobre y analfabeta, su padre descubrió una conspiración con el
objetivo de asesinar al rey y logró advertirle sobre su inminente destino. El
rey agradecido a esta familia, adoptó a Ranavalona, casándola poco después con
uno de sus hijos, el príncipe Radama.
Radama tomó el poder tras la muerte de su padre, pero no
duró mucho tiempo. Las teorías sobre su prematura muerte son varias, van desde
en envenenamiento, la sífilis o la cirrosis. Después de la muerte de Radama en
1828 (se dice que tuvo una agonía tan dolorosa que él mismo se cortó la
garganta para acabar con su sufrimiento). El legítimo heredero del trono el hermano de Radama, decidió
tomar la corona y ejecutar a Ranavalona, pero el poder de ella ya era muy
grande, los más poderosos ministros y hechiceros estaban de su lado, mató a
todos los miembros de la familia real que pudieran hacerla sombra comenzando
con el legítimo heredero, estrangulados hasta la muerte o encerrados en una celda
hasta que morían de hambre.
Su palacio situado estratégicamente a 1463 metros de altitud
en la colina más alta de Antananarivo en la “Haute Ville” manejó las riendas de
Madagascar con mano de hierro. Esta isla está situada en el océano Índico,
frente la costa sureste del continente africano, al este de Mozambique, la más
grande de África y la cuarta más grande del mundo.
Ranavalona estaba en contra de la influencia cultural y
política europea, expulsó a todos los extranjeros de su país, despojó a todos
los colonos de sus títulos, anuló todos los tratados de Madagascar tanto como
con Gran Bretaña como Francia y prohibió el cristianismo en favor de la
religión tribal tradicional.
A los franceses por
supuesto esto no les gustó mucho y tomaron por la armas la ciudad de Tamataye,
pero resultaría un fracaso pues los que no fueron asesinados fueron víctimas
del paludismo. En 1835 un ejército combinado desembarcó de nuevo en Tamataye,
pero les iría aún peor, siendo repelidos con fiereza por sus defensores, ordenó
Ranavalona cortar las cabezas de los muertos, las empaló en picas, y las alineó
a lo largo de la playa frente al océano como advertencia para cualquier que
volviera a desafiarla.
La siguiente tarea de Ranavalona fue hacer que su pueblo
dependiera de sí mismo y en poco tiempo Madagascar había construido fábricas
para producir: armas, azúcar, ropa y bebidas alcohólicas, logrando romper la
dependencia del extranjero. Ranavalona se convertiría en un héroe para aquellas
personas que se opusieron al colonialismo y al control extranjero.
Al final de su reinado tuvo que reprimir numerosas
revueltas, su método era mandar a sus enemigos a interminables marchas a través
de pantanos infestados de malaria.
Ranavalona hizo todo lo posible para suprimir la influencia
y las creencias europeas en su país, primero prohibiendo el cristianismo y
luego ejecutando a los misioneros y a sus seguidores. Aproximadamente, 150.000
cristianos murieron durante el reinado de Ranavalona, pero nunca fue capaz de
borrarlos totalmente de Madagascar.
La mayoría de los historiadores (europeos claro) tienden a
tachar a esta reina de tirana opresiva y sanguinaria. Amante de las ejecuciones
públicas acostumbraba a sembrar sus costas con las cabezas de sus enemigos, una
mujer extremadamente violenta, apodada con nombres tan llamativos como
"Moderna Mesalina", "Bloody Mary de Madagascar",
"Reina más loca de la historia", "Reina chiflada
Ranavalona", "Reina demente de Madagascar" o "Calígula
femenina".
Ranavalona fundó ciudades, construyó infraestructuras y fue
una de los pocos gobernantes africanos que logró detener la expansión colonial
de españoles, portugueses, ingleses y franceses, hecho que la convierte en
héroe entre los tradicionalistas africanos. Hizo todo lo posible para conservar
el patrimonio cultural de su país, lo defendió contra naciones extranjeras más
poderosas que querían aprovecharse de los recursos de la isla y amplió su
territorio a toda Madagascar.
El 16 de agosto de 1861, al a edad de 80 años murió en su
cama la reina, 12.000 cebúes fueron sacrificados y su carne distribuida a la
población, el período de luto oficial duró nueve meses.
Su cuerpo fue puesto en un ataúd de plata en una tumba en la
ciudad real de Ambohimanga. Durante su funeral, una chispa encendió
accidentalmente un barril de pólvora destinado a ser usado en la ceremonia,
causando una explosión y un incendio que mató a varios espectadores y destruyó
tres residencias reales.
Otras dos reinas más heredaron su trono tomando su nombre y
su isla no caería bajo control colonial hasta 30 años después de su muerte. En
14 de octubre de 1958 obtuvo la independencia de Francia.
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