Mi juego favorito es imaginarme muerto y roído por los gusanos.
Yo soy una de esas personas para quienes todo lo relacionado
con la muerte y el sufrimiento tienen una atracción dulce y misteriosa, una
fuerza terrible que me empuja. Si lo pudiera describir o expresar,
probablemente no habría pecado nunca. Yo hice lo que otros hombres sueñan. Yo
soy vuestra pesadilla.
Gilles de Rais.
Gilles de Montmorency-Laval, barón de Rais, fue un noble
francés del siglo XV, caballero y mano derecha de Juana de Arco durante los
asedios de Orleans y París durante La Guerra de los Cien Años, mariscal de
Francia y también… el criminal sexual más infame de la historia, responsable de
la violación, mutilación y asesinato de más de 150 niños, aunque las últimas
estimaciones elevan esta cifra hasta los 800, su nombre está escrito con sangre
en los libros de historia, un verdadero psicópata.
La crueldad de este depravado personaje que en muchos
aspectos recuerda a uno de la serie “Juego de Tronos”, hace que las atrocidades
del malvado Ramsay Bolton parezcan solo un juego de niños.
Todo comenzó en 1426, sus más fieles sirvientes le
procuraban sus víctimas, niños que vivían en el campo o en los pueblos
cercanos. En su castillo les sometía a inimaginables tormentos que terminaban
con su asesinato. A veces les cortaba la cabeza con una daga, otras les
golpeaba violentamente la cabeza con una maza, posteriormente los colgaba de un
gancho en su habitación y los estrangulaba, cuando estaban agonizando los
descolgaba y los sodomizaba antes y después de su muerte.
Gilles elegía como víctimas a los muchachos más hermosos y
con la piel más fina, las cabezas de los más bellos las conservaba y las besaba
con adoración, su fascinación por la muerte le generó inimaginables
perversiones, a menudo apuñalaba a su víctima en el cuello y le miraba a los
ojos mientras la sangre fluía por el diminuto cuello. Esta violencia extrema
impunemente continuó durante años, innumerables niños fueron violados y
asesinados, sus cuerpos quemados o enterrados en pozos negros y el miedo se
apoderó de las gentes de las poblaciones cercanas.
Finalmente, sería capturado el 15 de septiembre de 1440,
llevado a juicio y encerrado en una prisión apropiadamente acomodada por su
condición de noble. Se declaró en un principio inocente, pero finalmente
rectificó y se declaró culpable. Cuando confesó todos sus crímenes, toda
Francia se convulsionó, no podían dar crédito a la noticia de que uno de sus
mayores héroes fuera un hombre tan vil.
Según las actas de su juicio que aún se conservan, fue
condenado por hereje, reincidente, brujo, sodomita, conjurador, espíritu
malvado, adivino, asesino de inocentes, apóstata, servidor de fetiches,
desviado de la fe y su enemigo.
Extrañamente, a pesar de sus monstruosidades, Gilles se
aferraba a su creencia en Dios y en la Iglesia, creyó firmemente que después de
su ejecución él y sus cómplices ascenderían al cielo. Ante el numeroso público
que allí se concentró, fue conducido al prado de la Madeleine en Nantes donde
fue ahorcado.
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