30 de junio de 1520. Los conquistadores españoles son expulsados por los mexicas de la ciudad de Tenochtitlan, llega la derrota conocida como “La Noche Triste”.
La Noche Triste es el nombre de la derrota sufrida por los
soldados españoles de Hernán Cortés y sus aliados a manos del ejército mexica
entre el 30 de junio y la noche del 1 de julio de 1520.
Salvado milagrosamente el lago y cortados de nuevo los
puentes para impedir el paso a los perseguidores, Hernán Cortés decide
retirarse dividiendo su tropa
en tres cuerpos;
confió a Sandoval la
vanguardia; él se
encargó de dirigir
el centro,
donde iban los heridos,
los prisioneros y
la artillería; y dio
la retaguardia a
Alvarado y Velázquez
de León.
Acometidos durante la
noche, tuvo lugar una espantosa carnicería. Cortés se cobijó bajo las ramas de
este árbol gigante y allí veló angustiado el resto de la noche.
Hay quienes
dicen que incluso llegó a derramar aquí sus lágrimas al comprobar que en la huida
habían perecido 2.000 tlaxcaltecas aliados, 200 españoles y la mitad de sus
caballos, perdiéndose casi toda
la artillería y las municiones.
.
Emprende por la mañana de nuevo la marcha en busca de aliados que le ayuden
a acometer la reconquista; tropieza en su camino con un ejército de 40.000
guerreros mexicas que intentan atajarle el paso; embiste sobre ellos con sus 1.000
españoles desangrados y hambrientos y alcanza en pocas horas la gloriosa
victoria de Otumba, el día 8 de Julio de 1520.
El 10 de enero de 1980, el árbol fue incendiado en un acto
vandálico que redujo a la mitad de su tamaño al viejísimo ejemplar de la
especie ahuehuete mexicana que se encuentra en la Calzada México-Tacuba, en la Ciudad de México.
Winfield Scott |
Como es sabido, profunda es la admiración que se siente en las academias militares de todo el mundo y en especial las norteamericanas hacia la figura de Hernán Cortés, prueba de ello es esta cita del escritor Juan Martínez Villergas en su libro de 1859 “La vida en un chaleco”:
El general americano Winfield Scott, cuando invadió la República mejicana, se mandó hacer un bastón de una rama de aquel árbol, bastón que, según dicen, conserva como una preciosa reliquia.
FUENTES:
El Mundo naval ilustrado. 15-1-1898.
El Mundo naval ilustrado. 15-1-1898.
Albúm Salón. Enero de 1900, artículo: Hernán Cortés quemando
sus naves, de E. Rodríguez-Solís.
La vida en un chaleco, de Juan Martínez Villergas 1859.
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