D. Saturnino Martín Cerezo. |
Breves apuntes sobre Saturnino Martín Cerezo y El sitio de
Baler.
(1) “Martín Cerezo que en Madrid vive, desde hace veinte años,
en la calle de Fuencarral, Nº. 98.
Hombre exacto, metódico, hombre de realidades y de deberes
fielmente cumplidos, tal como se revela en su libro “El sitio de Baler”, notas
y recuerdos.
Madrid 1928 |
He ido, como podéis suponer, a Villa Felicia. A unos pasos
del tranvía de la Ciudad Lineal está la casita, rodeada de huerto. Martín
Cerezo vive en ella como un pequeño Cincinato y comprenderéis que el recuerdo
histórico es inevitable. Es en la calle de Bueso Pineda. Tiene dos grandes
parcelas de huerto, plantado por mano de D. Saturnino.
Higueras y parras sobre todo; pero también otra suerte de
frutales que se dan muy bien en esta tierra, aunque sea un poco dura y quizá
demasiado seca, Martín Cerezo está más orgulloso de los higos y de las uvas de
Villa Felicia que del sitio de Baler.
Ha llevado allí agua en abundancia en dos grandes depósitos,
albercas de tipo manchego, y atiende a todo: al riego, a la poda, a los
injertos, a la lucha contra las plagas, como un buen cultivador extremeño. Es
de Miajadas, en la provincia de Cáceres, y no se le irá nunca el acento de
Extremadura. Martín Cerezo hubiera sido un fundador. Tiene las ideas prácticas,
concretas, ampliamente utilitarias de un constructor de ciudades. Liego tarde
para la conquista de América, y sólo ha conquistado un huerto en la Ciudad
Lineal.
Dentro hay una casita pequeña, limpia, bien cuidada. En
verano la habitan. En invierno, la familia queda en Madrid; pero D. Saturnino
va todos los días. Es su oficina, su fuerte y su reducto. Cuatro ó cinco años
han bastado para transformar aquel rincón de tierra pobre en una deliciosa
finca, modesta, reducida, pero útil.
Resulta que la cualidad más preciada del héroe es la
utilidad, que el rasgo más firme de la personalidad de Martín Cerezo es la
buena y ordenada administración. Cumplir las leyes, las ordenanzas. Cumplir el
deber, sólo con esto y con ser como Martín Cerezo cualquier soldado puede
llegar a héroe”.
LOS HEROES
Un 30 de junio de 1898, en Baler (Archipiélago de las
Filipinas), una patrulla de soldados españoles al mando del extremeño Saturnino
Martín Cerezo, cae en una emboscada. Comienza el Sitio de Baler, que se
prolongará durante 337 días.
Los últimos de Filipinas |
Saturnino Martín Cerezo, nació en Miajadas
(Cáceres) en el año 1866. En el seno de una familia muy pobre, trabajaba de sol
a sol en el campo, hasta que a los 17 años decidió ingresar en el ejército
huyendo del hambre, como muchos otros jóvenes en esa época.
Casa donde nació Saturnino Martín Cerezo. Miajadas (Cáceres) - FOTO: dovane63 |
En 1897 se enrolo como voluntario en el ejército de
Filipinas ascendiendo en el escalafón hasta teniente. El 10 de diciembre de
1898, España firmaba en París un tratado por el que vendía Filipinas a Estados
Unidos por tan solo 20 millones de dólares. 57 militares españoles entre los
que se encontraba Saturnino, resistían en Baler el asedio de los rebeldes
filipinos sin creerse que se había firmado un tratado de paz, heroicamente
aguantaron este asedio durante casi seis meses comiendo pájaros, gatos, ratas,
serpientes y perros.
(2) Iglesia de Baler indicando el lugar de las tumbas. |
El 2 de junio de 1899, Saturnino rinde el sitio gracias a una noticia que leyó en un periódico. 15 hombres habían muerto por enfermedad, 2 por las balas filipinas, 6 desertado y otros 2 fusilados tras intentar pasarse al enemigo. Esta historia fue recogida por el propio Saturnino en un libro titulado “El sitio de Baler”, con notable éxito.
En un artículo del diario ABC del 4 de Diciembre de 1945 con
motivo de su fallecimiento, se cuenta que la primera edición de este libro fue
traducida al inglés por el comandante Dood y que cuando el general Frederic
Fonston conoció el relato, escribió en el cuaderno de “U.S. Navy Naval
Proceeding”, editado por la academia Naval de Annapolis:
"Deseo que cada uno de
los oficiales y soldados de nuestro ejército lea este libro. El que no se
sienta animado a grandes hechos por este modesto y sencillo relato de heroísmo
y devoción al deber, debe, verdaderamente, tener el corazón de una liebre”.
Esta gesta ha sido recogidas en varias películas, una del año
1945 de gran éxito titulada: “Los últimos de Filipinas”, en la que el actor
Armando Calvo da vida magistralmente al teniente Saturnino Martín Cerezo,
interpretación que le valdría la medalla del Círculo de Escritores
Cinematográficos al mejor actor de 1945.
La más reciente se
estrenó en el año 2016, y fue calificada en su momento como de auténtica
“basura” por un prestigioso escritor español.
El año pasado visité la localidad de Miajadas y tuve la
ocasión de realizar estas fotos que adjunto de la Casa de Martín Cerezo y de
varias placas conmemorativas.
Fuentes:
- (1) Nº. 1816 de la revista "NUEVO MUNDO” de fecha 9 de noviembre de 1928
- (2) Revista Profesional Militar de la Escala de Reversa del Ejército. Nº 36 de 1 de enero de 1931.
- (1) Nº. 1816 de la revista "NUEVO MUNDO” de fecha 9 de noviembre de 1928
- (2) Revista Profesional Militar de la Escala de Reversa del Ejército. Nº 36 de 1 de enero de 1931.
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