Hace ya algunos años (eran mis hijas pequeñas) mientras paseaba por el campo, fui a pasar junto a un vertedero de escombros cerca de Medellín, allí estaban depositados toda clase de desechos y como por naturaleza soy curioso, bueno… por aquí se suele decir: “más escusao que un perro” me iba fijando en lo que la gente había tirado.
Había de todo, parecía un mercadillo, muñecas rotas, muebles viejos y hasta un gran retrato de Franco que el sol y la humedad estaban devorando.
Ha estado todos estos años guardado en un cajón, me he preguntado desde entonces muchas veces quien sería esta mujer y por qué había acabado su foto tirada en un lugar como ese, sin cariño y sin nadie que la recordase, ahora que la investigación y contar historias es una parte apasionante de mi vida, creo que llegó la hora de saber sobre esta carta y las personas que en ella están retratadas.
La carta comienza así:
“Queridísima y amada esposa: Fue la tuya en mi poder produciéndome mucha alegría, al saber por la misma que todo marchó bien en tu regreso...”
El remitente he descubierto que es un poeta extremeño, autor de obras como: “Hacia
nuevos horizontes” “Espigas de mi cosecha” o “Sentir de un poeta” y cuyo nombre
encontré en la Fundación Pablo Iglesias.
Nacido en Villalba de los Barros (Badajoz) 1914 – [?] Miembro
de la UGT y afiliado a la AS de Villalba de los Barros (Badajoz). Formó parte
de la Junta Directiva de las JS de la citada localidad. En febrero de 2001
vivía en la Residencia de Pensionistas de Mérida (Badajoz).
Envía la
carta este señor desde la Prisión Central San Miguel de los Reyes de Valencia y
la fecha es 28 de noviembre de 1954, hace 63 años, como el número de mi blog.
Tras casi un año de investigación para dar con sus descendientes, mañana por fin podré devolver la carta a uno de ellos, concretamente al hijo de este poeta y que también es escritor pues hemos quedado en Don Benito para tomar un café.
Una serie, no sé si de casualidades o causalidades, nos han llevado increíblemente a encontrarnos y comprobar, tras hablar por teléfono, que existen datos y lugares que nos unen, un encuentro como guiado por una mano invisible, espero que me aporte respuestas sobre esta historia que quiero compartir con vosotros.
Causalidad, la casualidad no existe. Todo tiene su porqué y ya que nos has hecho partícipes yo,por lo menos,estoy esperando que nos cuentes ese encuentro. Saludos.
ResponderEliminarEstoy contigo, todo tiene un por qué. Saludos Bel.
Eliminar