Hoy 23 de Agosto, hace 712 años las calles de Londres eran un clamor, el noble escocés Sir William Wallace es ejecutado por alta traición en esa ciudad.
William Wallace nació en enero del año 1272 en la ciudad
escocesa de Elerslie (cerca de Glasgow), muy poco antes de que llegase al trono
de Inglaterra el que sería su gran enemigo, Eduardo I, de la casa Plantagenet.
Considerado inicialmente por los ingleses poco más que un
forajido, Wallace se reveló como un notable estratega, capaz de derrotar al
poderoso ejército inglés básicamente a través de una inteligente guerra de
guerrillas. Apresado finalmente por los ingleses en 1305, Wallace fue cruelmente
ejecutado, este escarmiento, que pretendía desmoralizar a los escoceses,
consiguió, por el contrario, convertirlo casi inmediatamente en leyenda.
William tiene una placa conmemorativa en el corazón del
Imperio que aplastó su rebelión. El memorial se levanta en el lugar donde fue
ajusticiado en 1305 por traición. Hoy en las paredes cercanas a la placa se
pueden observar pequeños huecos provocados por una bomba alemana en la I Guerra
Mundial.
William Wallace, fue arrastrado por dos caballos a través de
calles, sufriendo el roce de los adoquines que adornaban el suelo y las pedradas
de la misma multitud que se regocijada en la tortura. Llegó a la plaza mayor del
pueblo. Ahí fue ahorcado un corto tiempo para mantenerle vivo, tras ello fue
castrado y destripado vivo, con sus entrañas hicieron una hoguera que él mismo
contempló antes de emitir el último aliento. Le descuartizaron y arrancaron el
corazón, y decapitaron, murió en ese momento. Sus extremidades fueron repartidas
por distintas partes de Inglaterra. Su brazo derecho a Newcastle. El izquierdo a
Berwick. El pie derecho a Perth. El izquierdo a Aberdeen. Su cabeza la colgaron
en el London Bridge para infundir temor en todo aquel que pensase en emular sus
actos, como señal de advertencia a la rebelión escocesa.
SU FAMOSA ESPADA
Es un inmenso mandoble de 1,2 cms. de espesor, de 168 cms. de
largo y una hoja de 132 cms. de longitud, del cual no se ha podido certificar su
procedencia, pero al que las creencias populares guardan en un profundo y
reverente secreto.
Se halla expuesto desde el año 1888 en una gran urna de
cristal en el National Wallace Monument, en Stirling, sobre un tartán del clan
Wallace.
LA ARENGA
Es un discurso en tono elevado para enardecer los ánimos,
específicamente el discurso militar, se pronuncia con la finalidad de enardecer
a los oyentes antes de una batalla.
Recuerdo una de las arengas más emocionantes
y efectivas que el cine nos ha regalado en los últimos años. A muchos de
vosotros os sonará, pues la pronunció William Wallace, protagonista de la
película “Braveheart”. Dice así:
“Hijos de Escocia, ¡soy William Wallace! –
¡William mide más de dos metros! – Si, eso dicen, y mata hombres a cientos, y si
estuviera aquí, acabaría con los ingleses echando fuego por los ojos, y también
rayos por el culo. Yo soy William Wallace, y estoy viendo a todo un ejército de
paisanos míos, aquí, desafiando a la tiranía. Habéis venido a luchar como
hombres libres, y hombres libres sois, ¿qué haríais sin libertad? ¿Lucharéis? –
¡no!,… ¡contra eso!, no, huiremos, y viviremos – Luchad y puede que muráis, huid
y viviréis, un tiempo al menos, y al morir en vuestro lecho, dentro de muchos
años, no estaréis dispuestos a cambiar todos los días desde hoy hasta entonces,
por una oportunidad, ¡solo una oportunidad! de volver aquí a decir a nuestros
enemigos, que puede que nos quiten la vida, pero jamás nos quitarán, ¡la
libertad!”
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