viernes, 6 de noviembre de 2020

EL REY EMBRUJADO


El 6 de noviembre de 1661 fue un gran día de celebración en toda España, pues ese día nació el único hijo (legitimo) que habría logrado sobrevivir del rey Felipe IV de España, Carlos, aunque la alegría duró poco al tener noticias de sus problemas de salud. 
 
 
Felipe IV, rey de España

 

Carlos subió al trono cuando su padre murió en 1665. Dado que tenía sólo cuatro años de edad en ese momento, su madre Mariana de Austria fue nombrada regente, cargo que mantendría durante gran parte de la vida de su hijo. 

 

Mariana de Austria

Desde el día de su nacimiento, era evidente que no viviría mucho tiempo. Sufría numerosos problemas médicos, así como deformidades faciales. Junto con el prognatismo mandibular típico de los Habsburgo (su mandíbula inferior era más grande que la superior) que le hacía ser incapaz de masticar la comida apropiadamente, su lengua de gran tamaño, le hacía ser propenso a babear, no aprendió hablar hasta los cuatro años. Amamantado hasta los seis, fue tratado como un bebé durante la mayor parte de su infancia. No aprendió a caminar hasta los ocho años y no recibió educación para su cargo ni normas básicas de higiene pues la verdad es que nadie esperaba que llegara a una edad adulta y menos a que gobernara el país. 

 


 

Muchas son las teorías acerca de la naturaleza exacta de los problemas de salud de Carlos, la causa más probable es la endogamia que había continuado durante generaciones en los Habsburgo, su madre era sobrina de su padre.

En aquella época, llena se supersticiones, y por la influencia de Inquisición las explicaciones sobrenaturales de la enfermedad del Rey fueron las preferidas, llegando a ser conocido como El Hechizado.

Llegó a creer que él era el blanco de la brujería y a menudo acusó a amigos y conocidos de tales hechos.

La libertad de expresión se desvaneció en gran parte en España cuando la Inquisición por un decreto de 1680 prohibió la publicación de cualquier libro o folleto sin el examen previo de su tribunal. Decretos similares prohibían la libertad de discusión pública en las universidades españolas y todos los impresores estaban directamente controlados por un superintendente de la imprenta.

En enero de 1698, Carlos consultó con el inquisidor general, Tomas de Rocaberti, sobre los rumores de que sus problemas médicos eran causados por la brujería. 

 


 

Rocaberti consultó a un compañero inquisidor, Froilan Díaz, acerca de encontrar una cura para la enfermedad del rey. Díaz sabía de un brote de posesión demoníaca en un convento cercano y cuando las monjas poseídas fueron interrogadas (bajo tortura) los demonios supuestamente revelaron que Carlos había sido embrujado a la edad de catorce años.

El hechizo había sido lanzado el 3 de abril de 1675 dándole una taza de chocolate que contenía ingredientes tomados de un cadáver, la Reina Madre fue identificada como la que lanzó el hechizo y el demonio dijo que el único antídoto sería separarla de su hijo. La reina naturalmente estaba furiosa de ser acusada, pero la ingenuidad de Carlos trabajó en su contra. El asunto del hechizo del rey atrajo el interés de los gobiernos de toda Europa.

El gobierno austriaco indicó que un hombre endemoniado en Viena había proporcionado información adicional sobre el hechizo y envió a un afamado exorcista, Fray Manes Tenda, a España para llevar a cabo un exorcismo. Ni que decir tiene que el exorcismo no funcionó y el estado del rey empeoró.

Cuando la reina fue acusada de echar un segundo hechizo a su hijo, tomó las riendas del asunto y se dispuso a nombrar un nuevo inquisidor general. Manes Tenda y Froilan Díaz fueron arrestados y juzgados por la Inquisición. Aunque Carlos trató de protegerlos, era demasiado débil para enfrentarse a su madre. El cese condujo a una ruptura con el Vaticano que ya no se reestablecería durante la vida del rey. 

 

María Luisa de Orleans

 

Uno de los asuntos importante durante su reinado fue la cuestión de quién gobernaría España después de su muerte. Su primera esposa, María Luisa de Orleans murió a los diez años de matrimonio dejando al rey en un estado depresivo. Su segunda esposa, Mariana de Neoburgo, logró sobrevivirle. 

 

Mariana de Neoburgo

 

No es de extrañar que ambos matrimonios fueran sin hijos (probablemente sin consumarse, dado su impotencia). Nombró heredero a Felipe, Duque de Anjou.

Falleció Carlos el 1 de noviembre de 1700, a los 38 años. Según el médico que hizo su autopsia:

“no tenía ni una sola gota de sangre, el corazón apareció del tamaño de un grano de pimienta, los pulmones corroídos, los intestinos putrefactos y gangrenados, tenía un solo testículo negro como el carbón y la cabeza llena de agua”. 

 


Su muerte desencadenó una sangrienta guerra por la sucesión española que duraría 13 años hasta que el duque de Anjou fue reafirmado como rey, (Felipe V, monarca que os sonará pues un 13 de julio de 1735, concedió a Don Benito el título de villa). 

 

Felipe V

 

La casa real de Borbón ha gobernado España desde entonces. 

Recientes estudios han puesto en duda el mito de la decadencia española durante su reinado e incluso su mala salud, ya que vivió bastantes años para su época y consiguió mantener intacto el imperio frente al poderío francés de su tiempo y lo califican de "ni tan hechizado ni tan decadente" estudios que nos hacen dudar de muchas de estas historias que nos han contado.

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