Recuerdo aquellas tardes de invierno arropado al calor del brasero de picón, escuchar la lluvia caer mientras mi madre recogía la mesa rápidamente y nos poníamos ante esa caja mágica que nos trasladaba unas veces al lejano oeste y otras a mundos perdidos.
Cuando acababa la serie, cogía mi chocolate y mi pelota y me iba a jugar al balón a la calle San Francisco o al parque.
Recuerdo esos días de Navidad en los que la imaginación se disparaba pensando en esos juguetes que salían por la tele.
En Reyes me
acostaba temprano, me costaba conciliar el
sueño, estaba atento a cada ruido, a cada reflejo
hasta que llegaba la mañana y mi madre me
ponía en los zapatos una pistola de plástico o
un balón, no entendía por qué nunca me traían
el Scalextric, ahora con el paso de los años
he sabido el
porqué, pero cada 6 de Enero siempre
tengo ese recuerdo (y aún lo espero). No quiero
dejar marchar ese niño que fuí y que aún espera
su Scalextric.
En este video os dejo una parte de mis recuerdos de aquellos tiempos, que quiero compartir con vosotros porque, seguramente, forman parte también de los vuestros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario