domingo, 10 de septiembre de 2017

LA HABA

En la Comarca de La Serena y entre las localidades de Don Benito, Villanueva de la Serena y Magacela, se sitúa este acogedor pueblo de apenas 1400 habitantes. 

Sobre la procedencia de su curioso nombre existen distintas versiones, una muy popular nos cuenta que su nombre procede de la célebre planta leguminosa, que se criaba con abundancia en estas tierras. LA HABA


El lugar donde se asienta ya se encontraba poblado desde muy antiguo, como bien atestiguan la existencia en la ermita de Ntra. Sra. de La Antigua de un ara romana utilizada como pila de agua bendita, el puente de filiación romana sobre el río Ortigas y las numerosas tumbas excavadas en la roca que proliferan en las inmediaciones de dicha ermita.

Estando bajo dominio musulmán fue conquistado por los caballeros de Fernando III, pasando a formar parte de la Orden de Alcántara. El maestre D. Gonzalo Pérez Gallego le otorga carta de población en el siglo XIV, regulando las condiciones de entrega de tierras y las normas jurídicas por las que había de regirse la comunidad.

Fue aldea de Villanueva de la Serena hasta el año 1554, que el rey Carlos I de España y V de Alemania,  le da su autonomía y el título de villa, previo pago de 1.346.500 maravedíes, aunque este documento no queda ratificado, al abdicar dicho rey en 1555 y no estar esto documentado. Será en 1666 cuando se solicita la confirmación y la Reina Gobernadora Doña Mariana de Austria, madre y tutora de Carlos II, que entonces contaba 5 años, así lo previene y dicta el acuerdo el 7 de mayo de dicho año.

EL GRAN TEMPLO

El sector más antiguo de este magnífico templo, la iglesia de San Juan Bautista, data del año 1400, posteriormente en el siglo XVI se añadieron la torre y la gran cúpula sobre el Altar Mayor, muy parecida en cuanto a su diseño a la de la Iglesia de San Sebastián de Don Benito. También en esta época se añadieron a su planta original los dos laterales, donde se sitúan la Capilla del Sagrario y la Sacristía, dando como resultado final la característica planta en forma de Cruz Latina. Curiosamente la que debería ser puerta principal de este templo está clausurada, utilizándose como principal la de la Epístola (en una iglesia católica el lado de la Epístola es el lado derecho desde el punto de vista de los fieles, mirando hacia el altar). Al lado contrario se sitúa la llamada puerta del Evangelio, menos cuidada, que por lo que he podido comprobar, no se utiliza. Estas puertas laterales son de diseño clasicista, flanqueadas por pilastras rematadas por bolos y con un frontón coronado por una cruz y medallones en las enjutas. Se orienta la puerta principal de este templo (la clausurada) hacia poniente. 
 
 
El Código de Derecho Canónico establece lo siguiente: “En la edificación y reparación de iglesias, teniendo en cuenta el consejo de los peritos, deben observarse los principios y normas de la liturgia y del arte sagrado”. Según monseñor Girardi, se acostumbra construir las iglesias con el ábside y el presbiterio, es decir, con la parte en que se encuentra el altar, mirando a oriente, y entonces con la puerta que se abre a occidente u oeste. No cabe duda, es una tradición muy atinada ya que con ella se quiere recordar que los cristianos miramos a oriente, pues al oriente surge el sol que nos recuerda a Cristo, Sol que nos ilumina y nos da vida. Destacan de su exterior los contrafuertes, realizados en sillería, estos son los encargados de trasladar los empujes del edificio al suelo, no están coronados por pináculos como suele ser habitual en este tipo de edificios.

De su interior hay que destacar una talla del siglo XVI de la Virgen de Valvanera, la conocida popularmente entre los vecinos como "la Verveneda".


Este templo fue arrasado por el fuego en 1937, consumiéndose desgraciadamente gran parte de sus tesoros.

LOS BLASONES

Esta maravilla de fachada que vemos se encuentra en la calle Condes Campos. Estos dos inmensos blasones o escudos a ambos lados de este balcón, contienen los emblemas que representan simbólicamente los linajes: Campos de Orellana y Granda.


El primer Conde de Campos de Orellana Don Pedro Leoncio Nicomedes Campos de Orellana y Calvo, Granda y Madroñero, al cual perteneció esta casa, nació en esta localidad el 12 de Septiembre de 1815. Figura destacada del moderantismo en sus inicios, se encuadró dentro de Unión Liberal durante el gobierno de O´Donnell y pasó a Conservador en el partido de Cánovas del Castillo.

Diputado a Cortes por Badajoz en varias elecciones. Senador electo por la provincia de Badajoz en dos legislaturas y Alcalde de la Haba en el año 1847 a la que representó en la Junta de las dieciocho villas que tenían derechos sobre la Real Dehesa de la Serena. También junto con su mujer, Doña María del Carmen Calderón de la Barca y Calderón de Robles, fundaron y edificaron el Hospital-Asilo para ancianos de La Haba, que fue entregado a las religiosas de la Tercera Orden Carmelita.

EL PUENTE

Después de visitar esta villa, bien llamada, de antiguos hidalgos (personas que por su sangre pertenecían a una clase noble y distinguida), tomamos la carretera de Quintana de la Serena, la EX -346, según las indicaciones de uno de sus amables vecinos y luego un desvío a la derecha indicado por el cartel “Ermita de la Antigua”. Recorridos aproximadamente unos 7 km. nos encontramos con este impresionante puente sobre el río Ortigas, posiblemente de filiación romana y reconstruido posteriormente, parece ser, durante la Edad Media.



Posee 6 arcos de diferentes tamaños, siendo el central el de mayor luz, se encuentra desgraciadamente bastante deteriorado, le faltan bastantes sillares del pretil (ese pequeño muro protector a ambos lados del puente) cuenta con unos postes de hierro que sujetaban una barandilla también perdida, una lástima. Está pidiendo ayuda a gritos y como podemos comprobar, las raíces de las plantas están creciendo entre las juntas de los sillares y los están desplazando peligrosamente, con el riesgo de provocar un colapso y su posterior derrumbe.

ERMITA DE LA ANTIGUA

Una ermita es un pequeño santuario o capilla situada normalmente fuera de las poblaciones y que no suelen tener culto permanente, a diferencia de las iglesias, que están dentro de las poblaciones y tienen culto regularmente. El culto a la Virgen de la Antigua data nada más y nada menos que desde la Edad Media y concretamente desde al año 1394. Desde entonces se ha llamado desde la campana de su torre a los fieles de la zona, ahora más concretamente para romerías y fiestas. La fe se dice que es de oro, el entusiasmo de plata y el fanatismo suele estar hecho de... plomo. Desgraciadamente el fanatismo es un componente siempre presente en la naturaleza humana, un gen del mal, por llamarlo de alguna manera y al igual que sucediera con la iglesia de San Juan Bautista, el interior de esta ermita fue totalmente destruido durante la Guerra Civil Española, retablos, imágenes y documentos que databan desde antes del descubrimiento de américa fueron destruidos, siendo pasto de las llamas y perdidos para siempre al igual que viene sucediendo en nuestros días en algunas zonas de oriente. La verja metálica que cierra y guarda este sagrado recinto está fechada en 1926 y es obra de Manuel Chamizo y por lo tanto fue testigo de estos hechos. 


La imagen original de la Virgen de la Antigua se cuenta que estaba realizada de alabastro, era una imagen medieval con la representación de la Madre como trono del Niño Jesús, coronadas ambas figuras. Aparecía sobre el altar, encima de unas andas de madera de cuatro columnas doradas y pintadas de azul y rojo, cubiertas con manga de lienzo.

La imagen que se venera de esta Virgen en esta ermita es por lo tanto de después de la guerra civil, concretamente del año 1.941, se encuentra casi todo el año en ella, a excepción de la época que va desde el 13 de agosto al 13 de septiembre, que es trasladada por los vecinos en romería hasta la Iglesia de San Juan Bautista.

EL MOLINO

Muy cerca encontramos los restos de un viejo molino hidráulico, al que la maleza y las malas hierbas están consumiendo, llevándolo a un estado de conservación casi irreparable, parece ser que ya no le importa a nadie. 


Coloqué de nuevo en su sitio un cartel que lo señalaba, algún vándalo decidió que le estorbaba y en un alarde de ignorancia lo arrancó de su soporte, seguramente nunca permitió que la escuela interfiriera en su mala educación.

Cada resto de nuestro pasado merece nuestro respeto, ya sea humilde, feo o hermoso. Si perdemos nuestra historia, estaremos perdiendo lo que fuimos y lo que seremos. Mi admirado Alejandro Jodorowsky, o como ahora, ingeniosamente, se autodenomina por cuestiones de edad, “Acercando Amorowsky” nos dice sabiamente: “Cuando los países se desmoronan y se caen, lo único que queda de ellos es la cultura, por eso es tan importante. Un país sin cultura va a la desaparición”.


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