En el año 2016 y durante mis vacaciones de Semana Santa, acompañado por mi amigo Manuel, realicé una serie de excusiones por las inmediaciones de Medellín, este es el relato de aquellos días.
LA PUERTA
Mientras caminábamos por la pista de la ladera del castillo
haciendo fotos, pude por fin acercarme a unas ruinas a las que había echado el
ojo hace tiempo pero aún no había tenido ocasión de fotografiar.
Al llegar a su
altura pude comprobar con inmensa tristeza que esta histórica puerta que vemos
en las fotos, se encuentra en medio de un olivar, abandonada a su suerte y sin
ningún tipo de señalización ni protección, tan solo pude identificar sobre su
dintel el típico escudo ajedrezado, muy deteriorado, de los Portocarrero. ¡Qué
pena Manuel!
Según he leído en la web Medellín historia, esta puerta
barroca situada en el centro del flanco de muralla orientado al Levante, no
parece ser propiamente una puerta de la muralla. Pudiera tratarse nada más y
nada menos que de la puerta de acceso al Palacio del Conde de las Atalayas.
EL GORGOJO
No todo iban a ser piedras e historia durante las
vacaciones, un día mi amigo Manuel me pregunto qué era este extraño insecto que
nos encontramos en nuestro camino y yo no supe qué responderle, pues bien, para
que no os veáis en un aprieto parecido al mío os diré que este insecto es un
escarabajo de la familia de los curculiónidos, es un “gorgojo de las malvas”,
se encontraba a orillas de un canal en Medellín.
Este tipo de insecto tiene un
color gris o marrón oscuro, pero por su afición a visitar las flores de la
malva se le pegan al cuerpo numerosos granos de polen que acaban por pintarlo
de este color amarillo.
Una de las características más llamativas que posee es
su cabeza, terminada en una larga trompa, fue lo que más llamó la atención de
mi amigo, otra curiosidad es que al sentirse observado se hace el muerto y se
deja caer al suelo para luego desaparecer entre las hierbas bajas y la
hojarasca. ¿Qué te parece Manuel?
LA TORRE DEL HOMENAJE
Impresionantes las vistas desde lo más alto de la torre del
homenaje del castillo de Medellín. Mi amigo se introdujo por una estrecha y
empinada escalera de caracol hecha de piedra, que debo decir daba un poco de
vértigo, pero no me lo pensé, le seguí sin dudarlo emulando al mítico Hernán
Cortés que una vez dijo aquello de:
“En circunstancias especiales, el hecho debe ser más rápido
que el pensamiento.”
La torre del homenaje es la torre destacada, la principal y
más alta que la muralla. Servía de residencia del señor, albergando las
estancias más importantes y en ocasiones, los almacenes de víveres. Se
encuentra en la posición más abrigada en relación con un posible ataque
exterior, de forma que si sucumbiesen el resto de las defensas, proporcionaría
un último refugio. Su nombre se debe a que en ella se practicaba la ceremonia
del homenaje en la que el vasallo juraba fidelidad a su señor y se comprometía
a cumplir determinadas servidumbres, principalmente de apoyo político y militar
(auxilium et consilium).
En esta terraza hoy ondean al viento las banderas de
Medellín, España y Extremadura.
EL LUCERO
Anochecer del sábado con la espectacular y fugaz aparición
de una extraña luz o lucero que se esfumó tan rápidamente como había aparecido
(punto a la derecha de la fotografía).
Hoy domingo, también ha sido un día
repleto de aventuras acompañado por Manuel, el teatro romano y el Centro de
interpretación del parque arqueológico han sido los protagonistas, lo veremos
en el próximo capítulo.
CONTINUARÁ
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