Es un dispositivo adivinatorio muy antiguo basado en la numerología. Su
propósito principal es pronosticar el resultado de una enfermedad,
aunque se dice que sirve para predecir cualquier cosa.
El primer dispositivo de este tipo aparece en un papiro greco-egipcio
del siglo IV d. C. Se piensa, no obstante, que su invención se produjo
en ámbito grecoparlante unos doscientos años antes. En la Edad Media lo
encontramos representado en numerosos manuscritos griegos y latinos. En
la Edad Moderna la Rueda aparece impresa en la obra de numerosos
eruditos y polígrafos de toda Europa Estos dispositivos suelen contar
con tres tablas de valores numéricos, correspondientes, respectivamente,
a las letras del alfabeto, los días de la semana y los días del mes
lunar.
Funciona de la siguiente manera:
Primero se sumaban los valores numéricos del nombre del enfermo, del día
de la semana y del día del mes lunar. Luego se dividía todo por un
valor fijo, 29 o 30 (según las versiones), correspondiente al número de
días del mes lunar. Por último, el resto obtenido de esta división se
buscaba dentro del diagrama para conocer el pronóstico de la enfermedad.
Si el número caía en la parte de la mors, significaba muerte (mors
maior) o enfermedad grave (mors minor); si lo hacía en la parte de la
vita, significaba enfermedad leve (vita maior) o difícil y prolija
convalecencia (vita minor).
La imagen corresponde a una rueda de Beda aparecida en un proceso de fe
seguido en 1776-1777 por el Tribunal de la Santa Inquisición de Valencia
contra Manuel Montaner, «labrador, vecino de la villa de Oliva», por
sortilegio, superstición y magia. Se conserva en el fondo documental del
Tribunal de Distrito de la Inquisición de Valencia.
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