Le sean dados 200 azotes, saliese desterrado del lugar de Don Benito por tiempo de seis años precisos y que no los quebrantase o cumpliría tres de ellos en las galeras de S.M. al remo y sin sueldo.
Las visitas inquisitoriales a Don Benito (Condado de
Medellín) se hacían todos los años, duraban entre 4 y 6 meses.
En un libro del Archivo Histórico Nacional, en la sección de
la Inquisición se puede leer:
"Tres o cuatro
días antes, hay que enviar hacer el aposento al inquisidor; el mensajero debe
llevar cédula de aposento y una carta para el corregidor. Las posadas han de
ser casas de cristianos viejos; y suficientemente espaciosas, pues, además del
aposento de su servicio, han de tener una sala secreta y apartada para poder
recibir los testigos y levantar acta de sus declaraciones. Se mire, advierte
las ordenanzas, que la casa no esté en lugar muy público, porque puedan entrar
los que quisieren testificar sin ser vistos o sin dar muy en ojo a la
curiosidad del vecindario”
Durante el año1601 se celebró un auto de fe contra una
persona de Don Benito y otros herejes de otras poblaciones extremeñas.
El domingo 7 de septiembre de 1601 se celebró dicho auto de
fe en la plaza de Santa María de la Granada de Llerena. Juan Rodríguez.
"Trabajador natural y vecino de Don Benito, Condado de Medellín, de 33
años de edad, fue testificado por tres testigos varones de que el reo había
dicho porque llovía mucho, "por vida de Dios que nos quiere Dios joder a
todos con agua‟.
Los testigos le reprendieron y porfiando con ellos les dijo:
"voto a Dios que
lo que yo digo es verdad, y quién otra cosa dijere aunque sea Dios quien lo
dijese mentiría‟.
Se calificó por blasfemia heretical, y uno de los
calificadores de la Inquisición dice que es manifiesta herejía decir "que
Dios puede mentir‟, y estándose haciéndose esta información vino el reo a
deferirse y confesó lo mismo que los testigos deponen. Por ser estas blasfemias
tan grandes fue mandado prender y recluir a espera de hacer su causa, en el
discurso de ella enmendó la primera parte de su confesión.
Dijo que no se acordaba haber dicho "que Dios los
quería joder con agua sino, que uno de los testigos con quién se había
aconsejado le dijo, que bien lo podía confesar porque ciertamente lo había
dicho‟.
En las preguntas y repreguntas que se le hicieron sobre la creencia e
intención dijo, "que nunca creyó ni tuvo creencia de que Dios hiciese
actos carnales ni que podía mentir y que lo dijo sin saber lo que decía‟.
Alegó ciertas defensas que no le relevaron, y con acuerdo y
parecer de su letrado concluyó definitivamente su causa que vista en consulta
de fe con el ordinario se dictó su condena. Siendo votado a que saliese en auto
público de fe en forma de penitente con una soga al cuello y una mordaza a la
boca, abjurase de Levi y le sean dados 200 azotes, saliese desterrado del lugar
de Don Benito por tiempo de seis años precisos y que no los quebrantase o
cumpliría tres de ellos en las galeras de S.M. al remo y sin sueldo.
Estos otros procesos inquisitoriales que se describen, se
recogen en un libro del extraordinario investigador extremeño Fermín Mayorga
Huertas. Uno sobre un vecino de Don Benito y otro sobre una morisca de
Medellín, cuyo único pecado cometido fue poner de manifiesto un pensamiento
diferente al establecido, como bien dice Fermín, al que desde aquí mando un
afectuoso saludo.
El bachiller Juan López. Natural del lugar de Don Benito de
26 años de edad, estando en Salamanca el año de 1591 estudiando se fue a
delatar ante el Inquisidor Salcedo de Morales que estaba allí visitando. Se le
acusa de haber dicho "que la simple fornicación no era pecado mortal”, y
que reprendiéndole uno de los que estaban presentes lo que había dicho replicó
como dos o tres veces, “que no era pecado mortal‟.
El año pasado de 1600 fue
testificado en este Santo Oficio de lo dicho por cuatro testigos varones, se
hizo su causa y confesó lo testificado y ser lo mismo que contenía su propia
delación. Conclusa su causa fue votado a que en la sala de la audiencia de este
Santo Oficio fuese reprendido y advertido para adelante, abjurase de Levi y
pagase 10.000 maravedíes para gastos extraordinarios de este Santo Oficio.
Catalina De Zafra. Morisca vecina de Medellín de 50 años de
edad, "fue presa por haber siso mora con creencia e intención, se hizo con
ella su causa y en la primera audiencia confesó lo testificado y otras cosas
que hacían grandes indicios contra ella. Negaba la intención y perseveraba en esta
negativa, concluyó su causa y se votó a tormento y mientras se le estaba dando
en el mismo declaró de sí cosas que agravaban más su culpa. Durante el tormento
reveló su apostasía, y en consulta fue votada a que salga a auto público de fe
con sambenito y coroza, fuese admitida a reconciliación llevando hábito de por
vida y condenada a cárcel a perpetuidad".
En julio de 1834, S.M. María Cristina reina de España, pone
fin mediante un decreto a la existencia del Tribunal de la Santa Inquisición.
Nevado, la retratada es otra María Cristina de medio siglo posterior. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias amigo, por la nota. Un abrazo
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