Nunca hay que dar nada por perdido, ya que puede ser el comienzo de algo maravilloso.
Esta iglesia debió edificarse poco tiempo después de la
reconquista de Medellín, hecho sucedido allá por el año 1234 y cuenta con un
precioso ábside (la parte de la iglesia situada en la cabecera) de medio tambor,
al más puro estilo románico, cuenta este ábside con una curiosa ventanita u
óculo tetralobulado, rodeada por un arco de medio punto adornado por puntas de
diamante y junto a ella se encuentran las numerosas marcas de cruces grabadas en
la piedra.
En el siglo XVII se construyó la torre del campanario y su puerta
meridional donde reza la inscripción: “caput archipresbiteratus” (distinción
archipresbiterial), que la acreditaba como la de más importancia, siendo cabeza
de una agrupación de parroquias bajo la jurisdicción de un arcipreste.
Actualmente dentro del edificio podemos ver en el ábside, marcado en rojo, el
perfil que ocupada el retablo, era de estilo plateresco y según parece
magnífico, el mejor de todo Medellín pero las guerras y la intolerancia se lo
llevaron.
En el siglo XIX esta iglesia queda sin culto y comienza su
abandono, dando lugar a un terrible proceso de ruina, llegando incluso a
convertirse en refugio de ganado.
Proceso que la iría degradando terriblemente
hasta que a principios de este siglo fue restaurada y utilizada muy
acertadamente como Centro de Interpretación del Parque Arqueológico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario