jueves, 3 de septiembre de 2020

LA BATALLA DE CUERNO VERDE



El 3 de septiembre de 1779, españoles y comanches se encuentran frente a frente en una cañada.


1750, Los comanches comenzaban a desplazarse hacia el sur, tratando de arrojar a los apaches de los territorios de Nuevo México y Texas. La ferocidad y crueldad de los recién llegados (a quienes los españoles apodaban “los espartanos del desierto”) empujó a los apaches a sellar la paz con los españoles para luchar contra el enemigo común. 

Todo el mundo temía a los apaches, pero hasta los apaches temían a los comanches.




Los comanches se convirtieron en el terror de todo el sudoeste americano. Ni blancos ni indios estaban a salvo de sus incursiones, que siempre se saldaban con decenas de muertos. Hasta que llegó en 1779, el comandante Juan Bautista de Anza, criollo nacido en Fronteras (Estado mexicano de Sonora), su padre era un militar y hacendado de Hernani (Guipúzcoa). 




Anza reclutó una tropa formada por cien dragones de cuera (un cuerpo especial de caballería creado para luchar contra los pieles rojas) y otros cien guerreros apaches, y con ellos marchó hacia Arkansas. A medida que se adentraban en territorio comanche, el comandante ordenó cabalgar de noche y prohibió encender fogatas. Finalmente, los expedicionarios localizaron a los indios. Las distintas tribus se habían agrupado bajo el mando del jefe Cuerno Verde (Tabivo Naritgant, o "Dangerous Man”). 



Los españoles odiaban a Cuerno Verde porque había asesinado a sangre fría a cientos de prisioneros. Atribuían esa crueldad a la ira que le produjo la muerte de su padre por las tropas españolas. Su perseguidor, también había perdido a su padre cuatro décadas antes a manos de los apaches. 




El 3 de septiembre, españoles y comanches se encuentran frente a frente en una cañada. Anza engañó a sus enemigos haciéndoles creer que huía, pero en realidad les estaba atrayendo hacia un pantano en el que el grueso de sus fuerzas estaba emboscado. Los comanches caen en la trampa y se libra una encarnizada batalla. Cuentan que el jefe Cuerno Verde llegó a batirse cuerpo a cuerpo contra diez enemigos.

“Una tan bizarra cuanto gloriosa defensa”, escribió el propio Anza.


 

Muere el cabecilla comanche, otros cuatro jefes y numerosos guerreros, entre ellos un hechicero que se creía inmortal y desafiaba a sus enemigos a pecho descubierto.

Los españoles bautizaron el lugar donde se libró el combate como Los Dolores de María Santísima (en las montañas Greenhorn). Luego, pasaron varios días reuniendo a los líderes comanches supervivientes para sellar el fin de las hostilidades. 




Se firmó un tratado y la paz se mantuvo en los territorios del oeste, salvo incidentes aislados, hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando los territorios españoles pasaron finalmente a manos estadounidenses.


FUENTES:


  • JUAN BAUTISTA de ANZA AND THE BATTLE OF GREENHORN, de Ione Mil
  • The University of Oregon : http://anza.uoregon.edu/
  • http://sangres.com/history/deanza.htm
 

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